miércoles, 26 de agosto de 2020

Escándalo


 y penitencia


La historia de hoy no tiene protagonistas, bueno, me explico, tiene protagonistas pero no son IDENTIFICABLES. Y.. ¿por qué? Pues porque les he cambiado el nombre. Y... ¿por qué? Pues porque aunque los hechos sucedieron hace casi 300 años, en 1745, los apellidos que se mencionan son los mismos que todavía persisten en Campo y no queremos que por culpa nuestra se haga la conexión entre unas y otras personas. Tampoco es que se trate de una acción criminal ni nada vergonzoso... Bueno, mejor vamos a explicar de qué va.

A mediados del siglo XVII, dos jóvenes de Campo, a los que llamaremos Joaquín y Theresa, daban mucho que hablar a sus vecinos porque no podían disimular que se gustaban y, aunque esto podía ser algo normal, el problema estaba en que eran primos hermanos, pues sus madres eran hermanas. Cada día que pasaba la situación se hacía más explosiva y, como se decía antaño, "tanto va el cántaro a la fuente", que al final pasó lo que era de esperar que pasara y Theresa se quedó embarazada.  Poco después, todo el vecindario se enteró de que había sufrido un aborto, involuntario según su familia.


Ante tal escándalo, Joaquín y Theresa decidieron pedir una dispensa papal para poder casarse y acallar las murmuraciones. En la declaración que presentaron explicaban que "con su trato e inclinación del uno al otro, y a fin de casarse, llevados de su pasión y fragilidad se conocieron y tuvieron trato carnal, del cual y sus accesos resultó haberse hecho preñada la dicha Theresa...".  así las cosas, Joaquín quería "cumplir con tan justa obligación y que la dicha Theresa no quedase difamada, y le prometió su palabra de matrimonio y acudir a su santidad a solicitar la dispensación conveniente".

Considerando el escándalo que habían montado, se autorizó su matrimonio para acallar las murmuraciones, pero se les impuso una penitencia.

Durante tres meses Theresa tendría que "oir misa y también rezar parte del rosario de rodillas, y si algún día por impedimentos no pudiere desempeñarlo, deberá reemplazarlo con otro, de modo a completar los tres meses".

Por lo que respecta a Joaquín, la penitencia impuesta era la siguiente: "Que por espacio de tres meses continuos, toque las campanas de la Iglesia Parroquial del lugar de Campo, tarde y mañana, a las oraciones. Cuide de la lámpara que alumbra en dicha iglesia el Santísimo Sacramento, atizar y componerla diariamente y barra la Iglesia todas las vísperas".

Además:

Joaquín y Theresa deberán "oir y asistir a misa el primer día festivo en la Parroquia de Campo, siendo puestos embozados sobre la grada de la misma parroquia, en pie, sin capa ni mantilla, con una vela o candela encendida cada uno en sus manos, sin arrodillarse sino al tiempo de la celebración de la Sagrada Hostia y, concluida dicha misa en dicha forma atento quede dispensado dicho impedimiento de parentesco...". 

Por una vez, nos parece que la penitencia impuesta al novio era más dura que la que le tocó hacer a la novia... De todos modos, bien está lo que bien acaba y esta historia tiene final feliz, porque sabemos que Joaquín y Theresa se casaron, tuvieron varios hijos y vivieron muchos años.

  

1 comentario:

  1. ¿Que bonito es Campo! Lo descubrimos regresando de nuestras vacaciones que pasamos en Benaque...

    Elena

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