martes, 30 de enero de 2018

Ursicia Fuster Auset


Ayer, 29 de enero, a las 9.30 de la tarde, mi tía Ursi falleció. El próximo mes de octubre hubiera cumplido cién años. Se marchó de Campo cuando se casó, a los 21 años de edad, y se quedó a vivir en Montoro (Córdoba). En pocas ocasiones pudo volver a su querido Campo, pero me consta que el verano pasado aún pedía a sus hijos que le buscaran un taxi para visitar su pueblo, que ella ya le indicaría al taxista el camino... Se acordaba de todas las casas y las familias y preguntaba siempre por todo el mundo. ¿Cómo se puede llamar "tierra chica" a la que inspira un sentimiento tan fuerte?     Nos consta que ella también era muy querida en Campo. Sus hijos la adoraban y todos los que la hemos conocido lloramos su pérdida.

Este es la entrada que publicamos hace diez años en este blog, sobre Ursicia Fuster Auset:

Ursicia Fuster Auset nació en Campo el 2 de octubre de 1918. Sus padres fueron Daniel Fuster Canales y Josefina Auset Blanch. Tuvo cuatro hermanos, tres de ellos mayores que ella, Joaquín, Basilia y Daniel y una hermana más joven, Josefina. 
Cuando tenía diecinueve años, conoció en Campo a su marido, Francisco Romero Coca, que era de Montoro, en la provincia de Córdoba.  


Ursi con sus nueve hijos (octubre 2008) 

Parece ser que Paco, como siempre se le llamó en familia, salía a pasear montando un caballo blanco por las calles de Campo y solía pasar muy a menudo por delante de “casa Molinero”. Si daba la casualidad que Ursi estaba asomada en el balcón del comedor de su casa, lo que que ocurría con frecuencia, él detenía su marcha y se quedaba un rato charlando con ella: él sobre su montura y ella en el balcón... hasta que decidieron casarse.
Contrajeron matrimonio el año 1939 y se instalaron en Montoro. En aquella época, todos aquellos kilómetros que separaban a Ursi de su familia eran una distancia bastante insalvable y sólo volvía al pueblo por algún asunto familiar, de tanto en tanto.  


Ursi con sus nietos (octubre 2008) 
Ella, como tantos paisanos nuestros, se marchó del pueblo para vivir la vida que había elegido y, aunque nunca se arrepintió de haberlo hecho, siempre ha llevado Campo muy dentro de su corazón y ha sabido transmitir ese amor a todos sus hijos. 
Su marido ya hace unos años que falleció, pero ella cumplió en el mes de octubre de 2008 unos estupendos 90 años. Sus nueve hijos, acompañados de sus consortes y descendencia, le ofrecieron con tal motivo una fiesta sorpresa con la participación de sus 24 nietos y 8 biznietos. 
En ocasión tan señalada, aprovechamos para felicitarla de todo corazón, por sus 90 años y  su gran familia...

viernes, 26 de enero de 2018

Concurso y ausencia


Quiero daros las gracias a todos los que seguís el blog con regularidad y, en esta ocasión, de forma especial, a ti, Pili Ariño, por los comentarios amables que siempre dejas. No he podido acusar recibo de ninguno de ellos hasta ahora, porque estaba de viaje visitando a la familia y no consultaba internet ¡lo primero es lo primero! y estos días era la familia. 
No obstante, por WhatsApp una amiga me envió un vídeo que sabía que me iba a gustar, en el que nuestro pueblo era casi el protagonista. Probablemente ya lo conocéis, pero, por si acaso, os cuento de que iba, o va.  

En el programa de televisión de Antena3 TV "Ahora caigo", Arturo Valls le preguntó a una concursante:
- ¿En que provincia aragonesa se puede pasear por los campos de Campo?
Y la concursante ¡acertó! 
- En Huesca -dijo.
¡Y es que somos famosos! (a no ser que acertara por casualidad...).

sábado, 13 de enero de 2018

Las serrerías


Actividad industrial en Campo
(mitad siglo XX)

Serrería Canales:

Serrería Fuster:

(Si se utilizan las imágenes, citar la fuente, por favor: El blog de Campo)

lunes, 8 de enero de 2018

El heno



Recogida
y almacenamiento
                                   
Y, pasadas las fiestas de Navidad, volvamos a la vida cotidiana, recordando como se recogía la hierba con la que alimentar a los animales durante los duros días de invierno, cuando no se podían sacar fuera de los establos.

Campos y era de la familia Aventín de Campo. En las imágenes vemos a Joaquín Ballarín y a Pedro y José María Aventín.

jueves, 4 de enero de 2018

4 de enero





Fogata, cena,

y todo Campo en la Plaza 














¡Gracias a nuestros activos corresponsales! en esta ocasión las fotos son de Carlos

martes, 2 de enero de 2018

Noche de Reyes, cascabeles


y las campanillas del Rosario de la Aurora

Era el 5 de enero del año 1957. Yo tenía 9 años y el enorme defecto, o virtud, de creerme todo lo que me cuentan, lo mismo que me ocurre en la actualidad. Mis hermanos eran más pequeños que yo. Con Daniel me llevaba 14 meses y con Fernando tres años exactos. Con Rober, ya había ocho años de diferencia. Aunque eran más pequeños eran bastante más espabilados que yo, y aquél año de 1957 Daniel y Fernando ya sabían todo lo que hay que saber sobre los Reyes Magos. Me lo quisieron explicar a mi, pero me negué a plantearme semejante disyuntiva. 
Justamente, aquella noche de Reyes, que era sábado, me puse enferma. Con el frío que hacía en aquella casa (como en todas las de Campo, sin calefacción ninguna) mis padres decidieron que me fuera a dormir a su cama, así me vigilaban sin tener que levantarse todo el rato. Su habitación daba a la calle de la Iglesia.
Estaba medio dormida, cuando, ya amaneciendo, oí unas campanillas a lo lejos. Le dije a mi padre que oía cascabeles, y papá me dijo, casi textualmente:
- Son las campanillas que llevan los Reyes Magos, para avisar que ya están repartiendo los juguetes ¿las oyes? se van acercando.... Tienes que cerrar los ojos, como si estuvieras muy dormida, porque si se dan cuenta que hay niños despiertos, igual pasan de largo. Sí, ya se acercan, están en esta calle... duerme...
Y yo cerré los ojos tanto que me quedé dormida. Eso sí, a partir de aquél momento, estaba segura, segurísima, que los Reyes Magos eran reales, y lo hubiera podido gritar al mundo ¡son verdad! ¡existen! porque yo los había oído llegar a mi casa. Con lo que hice el rídículo un par de años más.  
Solo bastante tiempo después, supe que los sábados, como era aquél 5 de enero, cuando sale el Rosario de la Aurora de madrugada por las calles de Campo, se hacen sonar unas campanillas que, a veces, parecen cascabeles.