lunes, 22 de junio de 2020

Una casa


RUBIELLA

Bien es conocido que en los pueblos y aldeas del área geográfica que nos ocupa, con un sistema de familia troncal, se entendía por "casa" no solamente el inmueble donde se vivía y la tierra que le pertenecía, sino que también ese concepto incluía a las personas que la habitaban, sus historias, sus recuerdos y todo lo que los antepasados habían sabido transmitir, es decir, la fama y el prestigio que se supieron labrar a lo largo del tiempo, una manera de comportarse  y relacionarse con el resto de la comunidad, es decir, la reputación. 












Obviamente, preservar todo esto era responsabilidad de cada generación y, a pesar de que los individuos que se iban sucediendo podían ser de muy diferente condición, tener otros apellidos y venir de diferentes lugares, todos sus integrantes sentían que formaban parte de esa entidad, y luchaban por conservar y mejorar su patrimonio familiar, y mantener el buen nombre  y la respetabilidad de la casa.
Tenemos un buen ejemplo con esta familia Rubiella, que a través de los siglos ha conseguido preservar el nombre de la casa mucho después de que el apellido que la fundara hubiera dejado de existir. También hemos podido constatar la transformación del apellido Revilla-Rubiella, sin causa aparente...


CASA RUBIELLA
A principios del siglo XVIII Martín Revilla Linés y María Blanc Rizuelo vivían en Campo. Se habían casado el 7 de mayo del año 1686 en Formigales y se habían mudado a nuestro pueblo. Antes de este matrimonio los dos había estado casados, él con Mariana Calvera y ella con Juan Domingo Buil Falceto, de Castellazo.
Una vez instalados en Campo, Martín Revilla compró muchas propiedades, la mayor parte de ellas era tierra de cultivo, pero también se interesó por algún inmueble. En todos los documentos se menciona que su oficio era el de tejedor.
Fueron los padres de Martín Revilla, o Rubiella, pues en varios documentos se le menciona de una u otra manera. En alguno de ellos, se le empieza llamando Revilla y se acaba dándole el apellido Rubiella, casi en la misma página. Es curioso porque en Sahún, hemos encontrado un caso muy similar. Hay un documento en el que se comienza así: "Yo, mosén Miguel Reviella, rector de Saún" y a la hora de firmar aparece claramente escrito "Yo, mosén Miguel Rubiella".
No nos detendremos aquí en la genealogía de esta familia, pero queremos llamar la atención sobre el hecho que hemos comentado anteriormente, la importancia de "la casa". Las personas llegan y se van, para la entidad de una casa determinada sigue con su historia, asimilando lo que llega, teniendo presente lo que ya está atrás en el tiempo.
Terminando con la secuencia anterior, diremos que Martín Revilla Blanc se casó con María Torrente y tuvieron como hijo a Joseph Rubiella, que fue el heredero. Este Joseph casó en primeras nupcias con María Ferraz Costa y al enviudar se casó con Teresa Raso Raso, renunciando entonces a su propiedad en Campo y mudándose con su segunda mujer a Senz, a heredar la casa de Joseph Serena, quedando nombrada heredera de casa Rubiella una hija del primer matrimonio, María Francisca Rubiella Ferraz. Ella era la mayor de 7 hermanos, cinco varones y dos chicas, y al ser la mayor de todos, y siendo sus hermanos adolescentes,  no hubo ningún inconveniente en nombrarla heredera. 
María Francisca Rubiella contrajo matrimonio con Joseph Canales Calbera, hicieron las capitulaciones matrimoniales en 1786. Una de las cláusulas del contrato era que si fallecía ella si  haber tenido hijos, "la casa" que había recibido en herencia tenía que volver a su padre, si viviere, o en su defecto, al que hubiera sido nombrado su heredero.
Pero María Francisca y Joseph Canales vivieron lo suficiente para traer al mundo cinco hijos. Y volvió a repetirse la historia. La mayor de ellos fue Josefa Canales Rubiella, que fue nombrada heredera, porque cuando la casa requirió cambio generacional, era la única que podía responder a lo que se necesitaba en aquél momento, salvar la casa, así es que llevó como dote a sus dos matrimonios "casa Rubiella" y su esposo debía asumir el cargo de mantenerla a flote.
Estos matrimonios fueron:
1º) con Francisco Ariño Lobellana, de Las Vilas, celebrado el 23 de abril de 1801 en Campo. Murió sin dejar descendencia.
2º) con Francisco Mur Ribera, de Espluga, se casaron el 23 de octubre de 1812. De este matrimonio nació una hija a la que llamaron María, y que fue la heredera de "casa Rubiella". Por tercera vez consecutiva, la casa pasaba a manos de una mujer, que la llevó en dote a su matrimonio con José Peiret Ballarín, celebrado el 23 de octubre de 1812. Desde entonces, el apellido Peiret es el que lleva la familia de casa Rubiella.
   

2 comentarios:

  1. QUE CHULO MARIA JOSE, SE LO ENSEÑARE A MIS PADRES. UN SALUDO PARA TODOS DESDE CASTEJON DE SOS.

    ResponderEliminar
  2. ¡Gracias! Me alegro que te parezca bien. Un abrazo.

    ResponderEliminar