domingo, 25 de marzo de 2012

Cartilla de racionamiento


Todo bajo control
El 14 de Mayo de 1938 se estableció en España el sistema de Racionamiento. Ante la escasez alimentaria que padecía el país, se asignó por el Gobierno cierta cantidad de puntos a cada familia con los que podían adquirir algunos productos básicos (judías, arroz, aceite...) canjeándolos. En Mayo de 1943, las cartillas de racionamiento dejaron de ser atribuidas a las familias, para ser sustituidas por las cartillas individuales. En el año 1952 se acabó con esta práctica. Ofrecemos un escrito de Antonio Castel sobre este tema:
"Después de la terminación de la guerra, el año 1939, quedó limitada la venta y adquisición de alimentos, sobre todo los de primera necesidad como: pan, aceite, azúcar, garbanzos, lentejas, etc.
El estado procedía de la siguiente forma: obligaba al agricultor a la entrega del fruto de las cosechas. El trigo era recogido en grandes almacenes, llamados silos, que eran del estado y de allí salía controlado hacia las harineras para ser molido; de éstas, convertido en harina, llegaba a los panaderos, meticulosamente pesado para que a cada persona le dieran tantos gramos de pan al día.
El montaje era perfecto y no podía desviarse de lo trazado, sin embargo, el cosechero procuraba desviar parte del trigo cosechado y quedárselo para el consumo de su casa. Lo escondía en armarios, en sacos bajo la paja, etc. por si había una inspección. Mayor problema presentaba el trabajo de molerlo, necesariamente debía recurrir al molino público. El peligro le acechaba constantemente, durante el día tanto la Guardia Civil como unos Inspectores llamados de "Tasas" podían sorprender al arriero que llevara a moler sacos de trigo.
Se intentó sacarlo de casa durante la noche, pero también había riesgo. La Guardia Civil vigilaba día y noche. Hubo casos de aprehendimiento, la ley actuaba rápida: requisición del grano, una multa y en ocasiones hasta cárcel.
REPARTO DE VÍVERES A LA POBLACIÓN
Cada ciudadano era titular de una Tarjeta de Abastecimiento, expedida por una Comisaria General de Abastecimientos, en la que constaba la filiación completa. Luego, le adjudicaban una Cartilla de racionamiento de varias hojas a modo de sellos, que entregaba al comerciante en el momento de retirar la mercancía correspondiente a cada mes.
En general funcionaba así: tres o cuatro comerciantes de Campo estaban autorizados a repartir el racionamiento recibido. Una vez al mes llegaba el aceite, arroz, etc. El pregonero anunciaba la llegada y el día de su distribución a cada familia, que recibía la ración del mes correspondiente.
Recuerdo que de niño vi colas de mujeres frente a casa del señor Miguel de Juan, con pucheros y botellas en las manos esperando que se deshelara el aceite congelado en los bidones, el comerciante hacía fuego bajo los recipientes metálicos, con el calor se licuaba el preciado líquido. Entonces empezaba el reparto. Hasta que se armaba cierto "guirigay" entre las asistentes que aguardaban cola. La cantidad entregada debía durar para todo el mes, de lo contrario, a partir del momento de su terminación no habría más para seguir comiendo hasta el próximo reparto.
(Fuente: Texto de Antonio Castel. Fotos de la Castilla de racionamiento y los cupones, de Antonio Castel).

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