¡A pagar tocan!
En el año 1801 terminó la segunda guerra con Inglaterra (1793-1801) y empezó la denominada "Guerra de las Naranjas" que nos enfrentó con Portugal. Fue Godoy, Príncipe de la Paz y recién nombrado Generalísimo de los Ejércitos, el impulsor de este conflicto bélico, que solo interesaba a Francia (más exactamente a Napoleón) y a él mismo (eso es lo que creía).
La alianza con Francia se había traducido en unos subsidios que España debía abonarle durante cierto número de años. Dada la situación de las arcas nacionales, se pensó en pedir donativos voluntarios para hacer frente a la desastrosa situación económica del país (1798), pero como parece ser que surgieron muy pocos voluntarios, se optó por imponer a toda la población el cobro de la cantidad que debía recaudarse, lo que se conoció como el subsidio de los 300 millones. Dos tercios de dicha cantidad se recogerían entre el repartimiento hecho sobre los pueblos y, la tercera parte restante, sería aportado por los consulados. Vemos a continuación de qué modo esta medida llegó a Campo, donde tuvieron que poner a la venta bienes comunales para hacer frente al pago :
Dichas cantidades de numerario, tan fatigosamente recogidas, no evitaron ninguna guerra, pues desde 1809 hasta 1814 se sufrió en toda España la guerra de la Independencia, cuyos avatares se vivieron bien de cerca en nuestros pueblos, ya que muchos de ellos estuvieron prácticamente bajo dominio francés.
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