Un asunto desagradable. Año 1626
Vamos a salir un poco de Campo, para ver qué pasaba alrededor nuestro, hace ya unos siglos. Hoy nos
detendremos en mosén Pedro Lavilla, racionero de la iglesia de Bielsa, que,
además de los asuntos religiosos se dedicaba a otros más profanos, como prestar
dinero, etc. Tan ocupado andaba mosén Pedro que no tenía tiempo de atender a
todas sus cosas. Y uno de estos descuidos le iba a traer problemas.
La historia aconteció en el año 1626 y
la conocemos a través de un protocolo del notario Gregorio Cebollero. Resulta
que, al limpiar los establos donde estaban los animales de mosén Pedro Lavilla,
sacaron a la calle todo lo que no querían que estuviera dentro y dejaron en
medio de la vía pública, a los cuatro vientos, un buen montón de estiércol. Los
vecinos instaron al mosén que retirara de allí aquella porquería cuanto antes,
pero como a él no le gustaba recibir órdenes, hizo oídos sordos. Es más, para
demostrar el poco caso que hacía a semejantes quejas, hizo limpiar las pocilgas
de los lechones y echaron todo lo que les sobraba encima del montón de estiércol
que ya estaba. Es lo que se interpreta como “no quieres caldo, ¡dos tazas!”.
Así las cosas, la situación entre los vecinos del pueblos y Pedro Lavilla fue
degenerando y, para hacer callar a sus convecinos e intimidarlos, a mosén Pedro
no se le ocurrió nada mejor que apelar a su autoridad de religioso y,
además, según él decía, Comisario del Santo Oficio.
A la gente de nuestros pueblos ya sabemos
que les cuesta bastante impresionarse por títulos y riquezas, así es que, sin
hacer ningún caso a tanta autoridad, nombraron un procurador para que les
representara y, ni cortos ni perezosos, le pusieron una denuncia al mosén. El
procurador designado fue el joven Juan de Verastegui, que recogió en los cargos
que presentó contra Pedro Lavilla todos los argumentos que los vecinos de
Bielsa le habían repetido una y otra vez. Básicamente sus reclamaciones se
centraban en estos hechos:
Primero, a los vecinos no les importaba nada la condición de religioso de mosén
Pedro, porque para el asunto que tenían que tratar con él eso no tenía
importancia alguna, además, dudaban mucho que fuera Comisario del Santo Oficio,
tal y como él decía. Y, segundo, la causa del conflicto era que ese señor había
dejado un estercolar en medio de la vía pública y los olores molestaban a todos
los vecinos y, además, podían originarse muchas enfermedades si no lo retiraba
pronto. Así, que lo que le pedían era que lo limpiara cuanto antes.
Pero mejor, seguiremos el texto, que no
tiene desperdicio.
“Ante la presencia de Vuesa Merced
señor mossén Pedro La Villa, racionero de la Colegial Iglesia de la villa de
Bielsa y Comisario, que dice ser,
del Santo Oficio de la Inquisición, parece y es personalmente constituido Juan
de Verastegui, menor, en nombre y como Procurador de los Jurados y Concejo de
la villa de Bielsa, el qual en dicho Procuratorio nombre dice y requiriendo
propone que:Bien sabe Vuesa merced e inorar no puede,
como muchas y diversas veces assí el vehedor de calles como los Jurados de
dicha villa sus Principales, le han requerido, amonestado e intimado que sacase
el estiércol del estercolar que tiene hecho a la puerta de su borda, si quiere
pajar, por ser como es cosa tan perjudicial de que esté en aquel puesto, por
ser como está dentro los límites de la dicha villa y adonde se cruzan dos
calles, a más de que la putrefación que del sale es cosa tan perjudicial que
basta a corromper y enfermar a los que tan vecinos tienen las cassas a dicho
pajar y estercolar y
Vuesa Merced, como hombre que no quiere
estar ni allegarse a razón, antes bien, contra ella haberse querido valer de
exemptiones, como es el haber presentado el título de Comissario del Santo
Officio a los dichos sus Principales, cosa de que se tiene desconfianza en que
lo sea, por ciertas alteraciones que en años passados tuvo con los dichos sus
Principales, los quales acorriendo a aquél Santo Tribunal y administrándose en
él como siempre se hace tan recta Justicia, por su orden le suspendieron ad de
que no fuese ni le tuviesen por Comisario de dicho Santo Oficio mientras otra
cosa no les fuesse ordenado, por lo qual y no haberles sido notorio de dicha
restitución de cargo, tienen los dichos sus Principales la sobredicha duda de
si Vuesa Merced lo es o no, y aún quando lo fuere, ymportan poco las asertas
presentaciones que de dicho título tiene hechas contra los dichos sus
Principales para en razón de los sobredichos, pues en ellos no tocan en su
persona ni hacienda, antes bien, el haberle intimado a Vuesa Merced los dichos,
ha sido por obiar los inconvenientes que se podrían seguir de los
procedimientos malos que Vuesa Merced tiene con todos, y en particular con los
que acerca lo sobredicho le van a la mano y cumplir con las obligaciones de sus
officios de que mayores injurias les ha Vuesa Merced dicho en la cara,
continuando siempre en hacello y ésto amparándose siempre de ser Comissario
sobredicho, y a socolor dello, cossa que no debería de hacello.
Ni menos el haber como por mofas y
escarnio de los dichos sus Principales, haber contra sus amonestaciones mandado
sacar el estiércol de la pocilga de los lechones y hacerlo sobre dicho
estercolar. Haber empecinado toda aquella vecindad y a los que por allí
pasaran, cossa como lo es tan perjudicial que por serlo tanto los dichos sus
Principales, sin que por ello pierdan el debido respecto al estado sacerdotal
ni al Santo Oficio, han deliverado de provehir del debido remedio y sobre ello
acudir a los debidos remedios de Derecho y de Justicia, por lo qual el dicho
Procurador en dicho Procuratorio nombre dice y requiere a Vuestra Merced, dicho
mossén Pedro Lavilla luego incontinenti, saque el estiércol de dicho puesto y
deje aquél limpio y en adelante no eche más y tenga aquél limpio como lo están
las demás calles, alias lo contrario haciendo lo habrán de hacer los dichos sus
Principales y sobre ellos protesta contra Vuesa Merced y sus bienes de todos
los gastos ydas y venidas de correos, y de sobre ello hacer recurso a los debidos
remedios de Derecho y de Justicia requirentes, a alias protestatus u ordenada
la presente requesta por mi Juan Verestegui, Procurador sobredicho."
Un caso más en el que se tiene que recurrir al Derecho y a la Justicia para
enmendar una situación que hubiera podido arreglarse con sentido cívico y
amabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario