miércoles, 9 de noviembre de 2022

Escándalo y penitencia

 

Una historia del año 1745


A mediados del siglo XVIII dos jóvenes de Campo, a los que llamaremos Joaquín y Teresa, daban mucho que hablar a sus vecinos porque no podían disimular que se gustaban. Esto, que podría parece algo normal,  no lo era tanto porque Joaquín y Teresa eran primos hermanos, pues sus madres eran hermanas; aparte del parentesco que también existía por parte de padre.

Cada día que pasaba la situación se hacía más explosiva y, como se decía antaño, "tanto va el cántaro a la fuente" que el final pasó lo que tenía que pasar y es que Teresa se quedó embarazada.  La noticia corrió por todo el pueblo a gran velocidad, seguida de otra con la que se daban detalles de que había abortado. Involuntariamente, según dijo la familia...  

La siesta, Vincent van Gogh

Ante tal escándalo, Joaquín y Teresa decidieron pedir una dispensa papal para poder casarse. En la declaración que presentaron explicaban que "con su trato  e inclinación del uno a otro, y a fin de casarse, llevados de su pasión y fragilidad, se conocieron y tuvieron trato carnal, del cual y sus accesos resultó haberse hecho preñada la dicha Teresa....". Así las cosas, Joaquín quería "cumplir con tan justa obligación y que la dicha Teresa no quedara difamada y le prometió su palabra de matrimonio y acudir a Su Santidad a solicitar la dispensación conveniente".

La respuesta de la Curia fue que, considerando el escándalo que habían montado, se autorizaba el matrimonio para acallar las murmuraciones, pero se les imponía una penitencia, que era la siguiente:

"Que Teresa ·oiga misa en dicha iglesia todos los días en los dichos tres meses y también rezar parte del rosario de rodillas, y si algún día por impedimentos no pudiere desempeñarlo, deberá reemplazarlo con otro, de modo a completar los tres meses".

Por lo que respecta a Joaquín, la penitencia impuesta fue la siguiente: "Que por espacio de tres meses continuos, toque las campanas de la iglesia parroquial del lugar de Campo tarde y mañana, a las oraciones. Cuide de la lámpara que alumbra en dicha iglesia el Santísimo Sacramento, atizar y componerla diariamente y barra la Iglesia todas las vísperas de las fiestas que habrá en dichos tres meses".

Además, Joaquín y Teresa deberán: "oír y asistir a misa el primer día festivo en la Parroquia de Campo, siendo puestos embozados sobre la grada de la misma parroquia, en pie, sin capa ni mantilla, con una vela o candela encendida cada uno en sus manos, sin arrodillarse sino al tiempo de la celebración de la Sagrada Hostia y, concluida dicha misa en dicha forma, quede dispensado dicho impedimento de parentesco".

Por una vez, nos parece que la penitencia impuesta al novio fue más dura que la que le dieron a la novia.... De todos modos, bien está lo que bien acaba y esta historia tiene final feliz, por que sabemos que Joaquín y Teresa se casaron, tuvieron varios hijos y vivieron muchos años.


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