A mi madre
Allí donde pasean las lagartijas
y las hormigas forman
cientos de procesiones.
Allí, al lado de la puerta
de hierro grande,
entrando a mano derecha.
Allí al sol,
donde no llega la sombra de los cipreses.
Debajo del mármol blanco,
detrás del cristal roto,
en el número 1 de la ciudad de los muertos,
donde los días de viento te llega
el rumor de los chopos cercanos
y del Turbón el aliento fresco.
Allí está tu cuerpo.
Pero tú...
Tú estás en cada rincón de casa.
Estás dentro de aquellos delantales,
haciendo la comida,
jugando con las flores
Tu está riendo, estás alegre,
estas cantando canciones,
Estas a mi lado,
ahora y siempre.
En Campo... ¡incluso el cementerio es bonito!
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