Seguro seguro, no...
Tener un comercio o ejercer una profesión en una comunidad tan pequeña como la de Campo (poco más de 300 habitantes) ha sido siempre más delicado que hacer encaje de bolillos, porque, los clientes del dueño de una tienda, del carpintero, del albañil, la peluquera, el herrero, etc. suelen ser familiares y vecinos. Así, el comerciante o prestador de algún servicio, se encuentra en la disyuntiva de, o pensar sólo en sus intereses, lo que es bueno para el negocio pero corre el riesgo de perder amistades, o tratar como parientes a todos los clientes, con lo que el negocio no es que prospere poco, es que más bien se hunde. Además, por el hecho de que todo el mundo se conoce, hay que tener un cuidado especial en ser serios y no defraudar a nadie. Así lo entendía Miguel Blanch Galindo, que entre otros muchos menesteres era representante de la compañía de seguros "Covadonga". Este es un extracto de la carta, que el sr. Blanch envió el año 1934 al responsable de dicha compañía en Binefar. Podemos observar en el membrete de la carta que, además de enumerar algunos de los artículos con los que trabaja, se menciona que la "casa" comercial fue fundada en el año 1514, lo que nos parece francamente exagerado, al contrario de la misiva, llena de ponderación y sentido común. Pero vayamos con la carta, que no tiene desperdicio:
"Apreciable amigo: Como los tiempos van tan mal para los seguros, ayer hice un recorrido por el Valle de Lierp y Las Vilas y, al llegar a este pueblo, me encuentro con José Garanto que quería asegurarse según me dijo hace unos 20 días, y al verlo me comentó que no lo haría en Covadonga. Yo le dije cuál era el motivo, y me contó lo que le pasaba a Juan Salanova y me lo explicó, pero no fiándome me apersoné a casa del Salanova, que al verme a poco pasó una y gorda, diciéndome que yo le había engañado al hacer el seguro con esa compañía.
Como pude le hice explicar lo que sucedió y, efectivamente, le sobra razón por todos conceptos y, no fiándome de él, le pregunté a su vecino, que fue el perito del Salanova, y me contó lo mismo.
Esto, Bardagí, me ha malignado mucho porque es hacerme jugar a mi un mal papel, a Vd. y al perito de la compañía, que para esto no sé para que le mandan a peritar si no tiene amplios poderes.
Como éste es pariente de nuestro diputado, dice le iba a escribir para que fuera en Madrid a ver a la compañía y yo le dije no lo hiciera hasta que Vd. me contestara, que yo le escribiré, lo cual accedió.
De suceder ésto, desde hoy me dejo de trabajar para Covadoga, por que una cosa como ésta no se ha visto jamás, pues no sé cómo se deben hacer los seguros.
Con ésto y lo que sucedió con el asegurado de Espluga, ya podemos plegar en este país...".
"Estoy muy disgustado de esto y confío que me escribirá que se le abonará lo que debe ser y quedaremos en buen lugar para ir trabajando".
(Foto Valle de Lierp, gentileza de Jose Mª Ariño)
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