jueves, 24 de noviembre de 2011

Profesión: comerciantes



Ir de tiendas

En Campo siempre hubo mucha actividad comercial, que atendía las necesidades locales y también las de los pueblos de su entorno. Ofreceremos en este comentario datos de los comerciantes que hubo en el período comprendido desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX. Nos referiremos solamente a los que tenían un establecimiento, ya fuera taller o tienda, donde se vendía directamente al público. Aunque en el contexto que nos movemos, es difícil precisar la diferencia entre el taller artesanal y el denominado comercio, creemos que debemos incluir entre éstos a los alpargateros, sastres y hojalateros, pero no lo haremos con los herreros, pelaires, etc.
Hay que señalar que la implantación del sistema que actualmente conocemos como tienda, fue bastante tardío, y en las zonas rurales, todavía más. En tiempos pasados eran los propios artesanos los que vendían directamente los productos u objetos que fabricaban. El que necesitaba comprar alguno de sus artículos acudía al taller del artesano y allí veía qué es lo que fabricaba y examinaba si tenía algún trabajo terminado. Entonces, el cliente pasaba su encargo. En Campo, no obstante, podemos decir que ya en el año 1786, en el Censo de Floridablanca, se mencionan 4 comerciantes, aunque no sabemos si eso significa que disponían de un local abierto al público o se dedicaban a comerciar al por mayor. Si comparamos esa cifra de 4 comerciantes con la de otras actividades mencionadas en el mismo censo, 2 hidalgos, 2 estudiantes, 16 labradores, 6 jornaleros, 7 artesanos y 6 criados, podemos considerar elevado el número de comerciantes.


Entre las profesiones mencionadas en el Listado de vecinos de Campo del año 1890, encontramos los siguientes nombres de personas dedicadas a la actividad comercial: Joaquín Bertolín Clavera, 46 años, confitero; Vicente Capdevila Felip, 36 años, tablajero; Pedro Fillat Moré, 45 años, confitero; José Fuster Mur, 38 años, tablajero; Pedro Lacorte Selgua, 77 años, sastre; José Lacorte Vilaller, 51 años, sastre; Francisco Luengo Pera, 40 años, tendero; José Luengo Pera, 40 años, tendero; Joaquín Torrente Selgua, 61 años, sastre.
En el Censo Electoral de 1904, encontramos a: Miguel Blanch Galindo, 37 años, vive en la Plaza, comerciante; Ignacio Garcés Brualla, 28 años, c/ Prior, sastre; Francisco Luengo Pera, de 52 años, calle la Iglesia, nº 15, tendero; Ramón Mascaray Clavería, 51 años, Plaza, comerciante; José Mur Ariño, 47 años, c/ San Antonio, nº 26, carnicero; Jaime Mur Pueo, de 36 años, calle de San Antonio, nº 3, tendero; Manuel Puyalto Aventín, 27 años, calle Medio, tendero.
En el Censo Electoral de 1910 figuran: Ramón Auset Peired, 29 años, vive en la Plaza, nº 1, comerciante; Miguel Blanch Galindo, 33 años, Olaza, nº 8, comerciante; Joaquín Castel Barrabés, 28 años, Plaza, nº 10, sastre; Beltrán Lafont Lafarga, 39 años, c/ San Antonio, 24, calderero; Juan Laforga Dafis, 29 años, c/ San Antonio, 24, calderero; Santiago Laforga de Juan, 29 años, San Antonio, 24, calderero; Marcelino Laforga Dafis, 27 años, C/ San Antonio, 24, calderero; Alejo Lailla Lailla, 49 años, Iglesia, 13, calderero; José Lailla Lailla, 52 años, c/ Iglesia, 13, calderero; Francisco López Cardiel, 28 años, San Antonio, nº 9, comerciante; Francisco Luengo Pera, 60 años, calle del Medio, 21, comerciante; Ramón Mascaray Clavería, 57 años, Plaza, nº 1, comerciante; José Mur Ariño, 49 años, San Antonio, nº 15, carnicero; Jaime Mur Pueo, 43 años, Iglesia, nº 9, comerciante; Manuel Puyalto Formen, 56 años, Plaza, nº 17, comerciante; Víctor Sancha Cobos, 44 años, Plaza nº 8, comerciante. Estos datos del Censo hay que tomarlos siempre con cierta precaución puesto que no siempre corresponden exactamente a la realidad y, p. e., suele haber errores en la edad de las personas, direcciones, etc. Por ejemplo, en este censo hemos observado que no aparece como comerciante el Sr. Santiago Laforga que, sin embargo, como podemos comprobar por la foto del papel timbrado de su negocio, en esos años sí que tenía abierto al público un establecimiento.
Examinando el Censo Electoral de 1930 (con las rectificaciones del 1931), apreciaremos un notable incremento de comerciantes: Ramón Auset Mascaray, 25 años, c/ Nueva, 20, comerciante; Ramón Auset Peiret, 30 años, Plaza, nº 7, comerciante; José Ballarín Luzaga, 36 años, Medio, nº 3, comerciante; Julio Benedet Sazatornil, 37 años, Plaza, nº 10, comerciante; Miguel Blanch Galindo, 54 años, Plaza, nº 10, comerciante; Elías Boj Peiret, 40 años, Medio, nº 5, comerciante; Juan Brunet Campo, 42 años, c/ San Antonio, nº 11, comerciante; Mariano Canales Peiret, 58 años, c/ San Antonio, nº 18, comerciante; Joaquín Castell Barrabés, 28 años, Plaza, nº 10, sastre; Francisco López Cardiel, 28 años, San Antonio, nº 9, comerciante; Antonio Ferraz Sacín, 42 años, Plaza, nº 14, alpargatero; José Guillén Palacín, 25 años, San Antonio, 10, zapatero; Ramón Mascaray Clavería, 75 años, Plaza, nº 1, comerciante; Bienvenido Mascaray Salinas, 28 años, c/ San Antonio, nº 1, comerciante; Manuel Mascaray Salinas, 36 años, Plaza, nº 1, sastre; José Mascaray Salinas, 65 años, 30 años, San Antonio, nº 1, comerciante; José Mur Cereza, 67 años, calle Prior, 17, comerciante; Joaquín Mur Güerri, 47 años, Plaza, nº 12, comerciante; Vicente Mur Larruy, 27 años, Iglesia, nº 39, comerciante; José Mur Mur, 38 años, Plaza, nº 11, comerciante; Joaquín Samblancat Costa, 56 años, c/ Medio, 8, comerciante; José María Sancha Blanch, 36 años, Plaza 5, comerciante; Víctor Sancha Cobos, 59 años, Plaza, nº 5, comerciante; Angel Sanz Gamiz, 62 años, Iglesia, nº 23, comerciante.

(Fuente: censos electorales y listado de vecindario)

No hay comentarios:

Publicar un comentario