sábado, 29 de marzo de 2014

Oficios y profesiones: los barberos


¡Por los pelos!

El Cirujano. Jan Sanders Hemessen
Sabido es que, antiguamente, los barberos eran también los encargados de aplicar lo que se conoce como pequeña cirugía: aplicaban sanguijuelas, extraían muelas y dispensaban otros servicios para aliviar algunas enfermedades.
Los cirujanos se dedicaban a las actividades manuales, como curar heridas, hacer sangrías, poner ventosas, etc. En algunas épocas y lugares estos servicios los prestaba la misma persona, que casi siempre se hacía llamar cirujano (pues tenía más reconocimiento profesional), hasta que con el tiempo se fueron definiendo las dos actividades como profesiones diferentes. De todos modos, la categoría profesional del cirujano era inferior a la de médico. En muchas ocasiones, tanto los barberos como los cirujanos ejercían su oficio de forma itinerante y montados en una mula o un asno, recorrían pueblos y aldeas para prestar sus servicios. 
Henry William Bunbury
Un contrato entre  el Concejo de la villa de Bielsa y unos barberos-cirujanos, nos ayudará a comprender mejor esta profesión. El contrato al que nos referimos tenía una duración de tres años, fijándose el comienzo del servicio a partir del día de San Miguel del mes de septiembre del año 1645, hasta el mismo día del año 1648.
En los pactos que firmaron las partes interesadas, se preveía casi todo: lo que se les iba a pagar, lo que podían pedir por servicios especiales, a lo que se comprometían... Entre otras cosas, se exigía a los cirujanos que residieran en la villa, llevando con ellos todo lo necesario para el ejercicio de su profesión y se les impedía ausentarse de Bielsa los dos al mismo tiempo. Otras de sus obligaciones eran:
“Que los dichos cirujanos sean obligados y se obligan viceversa de acudir a sangrar, afeitar y demás obligaciones que tuvieren de su arte, sin remitirse del uno al otro, sin excusarse que no tiene lugar y si acaso cargaren a una parte más que a otro, el otro tenga obligación de ir a ayudarle aliándose, y que tenga obligación de afeitar en las casas de los sacerdotes y oficiales y otras personas, so pena de un escudo por cada vez que faltaren a sus obligaciones...” .
Solo hace falta ojear la prensa aragonesa del siglo XIX para darnos cuenta de la importancia de esta profesión, que no podía faltar en ningún pueblo, para lo que se publicaban anuncios con el fin de cubrir vacantes. Por poner algún ejemplo, veamos algunos aparecidos en el Diario de Huesca:
Miniaturas de utensilios barbería, madera. José Sesé
En 1885 y 1886 se ofrecen plazas de barbero-cirujano en Almudévar y en Ibieca. El 2 de septiembre de 1890 se ofrece puesto de barbero cirujano en la Puebla de Castro, con la remuneración de 500 pesetas anuales, más 5 cahíces de trigo "y otras garantías que podrá utilizar el agraciado"...
El  1 de septiembre de 1925, en Nocito, ofrecen plaza de practicante barbero a cambio de 25 a 30 cahíces de trigo, 55 arrobas de patatas, 7 fanegas de judías, casa franca y una carga de leña por vecino.
En Campo no hemos encontrado el oficio de barbero en ningún listado de vecinos o censo electoral de principios del siglo XX, no obstante, en el "Anuario-Riera General y Exclusivo de España", de 1904, 1905 y 1908 se mencionan en el apartado BARBERÍAS a: Sebastián Blanch y Miguel Sesé.También ejercieron esa profesión,  José de Mur Vallverdú, Juan Brunet Campo, que dió nombre a casa "el Barbero" y Luis Ballarín Costa, que trabajaba en su casa de la Plaza Mayor. Cañete tuvo su lugar de trabajo en casa l'Estanco, actual casa Prats, y su cuñado Sebastián Linares, que había venido de Andalucía, estuvo durante varios años en el local que después ocupó José Sesé Villegas.  
  

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martes, 25 de marzo de 2014

Y ahora...


¡paso a la publicidad!
Cuando la gripe se escribía con dos "pes".

"El Diario de Huesca", 25 octubre de 1918
"Consejos contra la grippe:


1º. Apartarse lo posible de atmósferas viciadas.
2º. Trabajar poco y abrigarse ligeramente.
3º. Comer moderadamente y al final de cada comida tomar una copa de Rom Aromático.
4º. Entre comida y comida tomar unos sorbos de Rom Aromático que desinfecta y tonifica.
NOTA IMPORTANTE
El ron aromático seco o dulce lo usan muchos para prevenirse contra la grippe por su poder desinfectante y en las convalecencias.
ooooo
"El Diario de Huesca",  29 diciembre de 1918
PASTILLAS ALEMANAS del profesor SWANTER de Berlín
Desconfiar de una burda imitación que con el nombre de Ghunter se han hecho
TOS REBELDE, BRONQUITIS, ASMA, ENFISEMA, CATARROS, PULMONES, ETC.
He aquí los elementos integrales de estas maravillosas pastillas: Tribid. Trom: Fenil: Metam: Oxirul: Ant: Bis. T. Bici. en Zach, y Excip.

Son una maravilla dentro de la Terapéutica moderna por lo que los más afamados doctores del mundo las recetan siempre para las afecciones de las vías respiratorias, haciéndoles salir siempre airosos de su cometido por ser lo más moderno, racional y científico. Son el compuesto infalible para los que pasan las noches presa de aquella tos ronca que produce vértigos, dolor de cabeza y que parece que afilado cuchillo desgarra sus entrañas, curándoles al momento. Hace cesar en el acto la terrible sofocación que crispa sus miembros de ira impotente al notar la falta de aire en sus bronquios y pulmones, produciendo estridentes silbidos haciendo penetrar en ellos corrientes impetuosas de aire vivificador que los vuelve a ala vida, fluidificando sus mucosas, descongestionándolas y haciéndolas expectorar. Evitan los catarros y pulmonías y son el preventivo infalible, acortando grandemente sus convalecencias. 

Poderoso desinfectante y gran preventivo contra la grippe.
ooooo
"El Diario de Huesca", 18 octubre de 1919
CON LEJÍA MORA SE MATA LA GRIPPE
para desinfectar retretes y cloacas, el fabricante de lejías JOAQUÍN LAFARGA, regalará a toda persona que vaya de dos a tres de la tarde a la calle de Sobrarbe, 19, un cubo (o pozal) de escorias lejía MORA. (Se recomienda disolverlas en agua).
ooooo

sábado, 22 de marzo de 2014

Oficio: traviadores, gancheros, navateros.


Seguir la corriente




Ya hemos dedicado un comentario a los picadores, que eran los encargados de talar los árboles en el monte y ponerlos a pie de pista para que los camiones los llevaran hasta la serrería. Hoy queremos transcribir el apartado que Antonio Castel Ballarín dedica a los traviadores en su libro "Cronología de Campo. 1789-1950" y en el que se refiere concretamente al transporte de pinos.
Nos explica que los traviadores conducían los árboles cortados por el río, aprovechando su corriente. En el proceso de la explotación forestal, los traviadores actúan después de que los picadores hayan hecho su trabajo. Una vez limpios los pinos tanto de ramas como de corteza, se procedía al arrastre. Los machos los arrastraban por pendientes y desfiladeros y los amontonaban en el lugar convenido. Y nos dice Antonio:
"Ahora llega el turno a los traviadores. Cuando la pila de maderos es considerable, los van arrojando uno a uno al río, hasta que la superficie de las aguas queda completamente tramada por los maderos.
Los traviadores construyen primero una especie de plataforma con los mismos maderos, los atan unos a otros, bien seguros para que no se deshagan y agrieten en momentos de apuro y fuerza.
Llevan en la mano una larga pértiga terminada en un pincho de hierro en forma de áncora pequeña para poder maniobrar el madero, girándolo hacia los lados o empujándolo hacia adelane.
El traviador se lanza como el mismo material sobre el que van a trabajar, sobre la superficie del río, en el Gradiello o La Garona.
El río arrastra con sus impetuosas aguas a los maderos que han arrojado y a las plataformas donde van varios hombres preparados.
Llegan a una curva del río, el agua arremolina uno de los troncos, después otro y así hasta ocasionar una verdadera barrera que impide seguir adelante. Llegan los traviadores sobre la plataforma, empujan, mueven, giran, hasta que los maderos van desfilando uno a uno en su carrera descendente, aguas abajo,
En otra ocasión, un madero se cruza en el río y actúa de aduana no dejando pasar a los demás. Los trabajadores vuelven a deshacer el entuerto para que los maderos sigan su descenso a tumbos por la superficie de las aguas.
El trabajo es peligroso por los posibles vuelcos de la plataforma en su navegar sobre el cauce tan anómalo del río: gargantas, zonas arenosas, cascadas, pendientes; río ancho, abarracamientos; grandes piedras que obstruyen el paso; profundas balsas, etc.".
La madera llegaba hasta Graus, donde se depositaba en otros cargaderos a la espera de llegar a su destino final.
Era el oficio de los traviadores un trabajo peligroso que requería mucha pericia y adiestramiento, y muchas veces se encargaba a grupos ya formados, que venían de lejos, la realización de alguna misión puntual.
Noticia publicada en la sección de "Sucesos" de El Diario del Altoaragón, del 29 de Julio de 1917:

Hallazgo de un cadáver. Un navatero valenciano se presentó a las autoridades de Campo dando cuenta de que en el sitio "Las Riveras" del río Esera y entre unos lotes de maderas, apareció un cadáver al que faltaban la cabeza y un brazo.
El estado de descomposición del cadáver impidió practicar la identificación, creyéndose por suposiciones sea el del joven de diez y siete años de Liri, Juan Salanova Vidaller, que cayó al Esera y pereció ahogado el atravesar el río por la palanca de Castejón de Sos, en 19 de Junio último.






lunes, 17 de marzo de 2014

Celebrando


En serio y en broma


Carnaval
Procesión de Corpus Chisti
Domingo de Ramos

Estar juntos
¡Y ser felices!



miércoles, 12 de marzo de 2014

Sector servicios

Bares y casas de comida
Finales del siglo XIX y siglo XX







Campo, era un pueblo dinámico, con muchos comercios donde donde acudían a comprar nuestros paisanos de las localidades vecinas, mientras aprovechaban para realizar gestiones de todo tipo, entre las que no eran las menos importantes las de visitar a familiares y amigos y confraternizar un poco. 
Con motivo de la construcción de la carretera, las obras de la central hidroeléctrica, etc., también se convirtió en un lugar donde acudía mucha mano que venía de lejos, y que necesitaba encontrar alojamiento y distracción. Así es que, proliferaron las familias dispuestas a atender esta demanda y  aprovecharon la ocasión para sacar adelante sus economías, ya fuera alquilando habitaciones o dando comidas.

Llama la atención la enumeración de establecimientos abiertos al público que nos ofreció Antonio Castel en su libro sobre Campo. Encontramos:
Tabernas: Barbero (Sr. Juan), Emilia, Mariana, Pepeta Sermo, Pequeño, Sahún, Torrau.
Cafés: Botiguero, Dorita Brunet, López, Lestanco, Mascaray. Claro que, como se puede observar en este caso, los titulares mencionados no es que trabajaran al mismo tiempo, pues, p. e. el café de L'Estanco se le alquiló a Dorita Brunet cuando su padre, Juan de casa Barbero, ya había cerrado el suyo.
El café López, a principios del siglo XX (cerró definitivamente unos años antes de la guerra), fue además de café un centro cultural y recreativo, cumpliendo la función de casino que había dejado vacante el Casino Ricarte.
Casino Ricarte: estuvo en actividad durante el siglo XIX y, cuando cerró, toda la familia propietaria acabó emigrando a Francia. Además de un elegante centro donde se encontraba la élite del pueblo (cirujano, boticario, etc.) tenían hospedería que acogía a políticos, ricos ganaderos y comerciantes que se encontraban de paso por Campo.     
Casas de comidas: Casa Pepeta Catalina, Casa del Pequeño, Casa del Torrau.
Fondas: Casa de Pepeta Catalina, Casa de Aventín.
Mesones: Andrés, Elías, Sermo, Víctor y Josefa.
Salón de baile "Casa Mascaray". Se abrió al público alrededor de 1930. En la planta baja estaba el café, y en la alta había un salón de baile, con bancos alrededor y una zona más alta como un palco o gallinero. Allí en el piso superior había otro salón destinado a cafetería. Este local era frecuentado por todo el pueblo y era donde se celebraban  los bailes y actos culturales y recreativos.
Cine Cumbre: donde además de las proyecciones se celebraban a partir de los años 50 los bailes de los días de fiesta. Para ello se desplazaban todas las butacas que ocupaban el centro de la sala, y se ponían alrededor, para disponer de una amplia pista de baile.  
Por amateurs que fueran las personas que se dedicaban a este sector servicios, no por eso podían escabullirse de pagar impuestos. Si miramos bien el bar (¿?) de Juan Brunet, mi abuelo, que se ve en la foto que está sobre estas líneas, nos parece un poco exagerado que tuviera que pagar el 20% de sus ventas en concepto de impuesto de Consumos de Lujo... 
En la declaración mostrada a la izquierda, de fecha 25 de junio de 1943, Juan Brunet dice que ha vendido 36 botellas de anís; 38 botellas de ron y coñac, más 32 litros de lo mismo pero a granel; 12 sidras; vermut 600 litros; cervezas 144, etc. En total estima haber vendido por un importe de  6.972 pesetas.
El inspector de Hacienda hizo constar que Juan Brunet no había presentado ninguna factura ni llevaba libreta para el alcohol, etc. Para intentar solucionar las cosas, Juan Brunet tuvo que contratar a un gestor en Huesca, que el 23 de Septiembre de ese año 1943, ya le pasó la primera minuta: 32,80 pesetas. 
 

sábado, 8 de marzo de 2014

Los colores del invierno

Para alegrar el ánimo

Y si no hay COLORES ¡se buscan!


       
   (Manta para Jean. mjfuster)  

jueves, 6 de marzo de 2014

El mes de mayo de 1807



Conociendo a nuestros antepasados



Transcripción de algunos fragmentos del contrato matrimonial entre Joaquín Mur y María Costa: 
Capitulaciones matrimoniales
"En la villa de Campo, a diez y siete días del mes de mayo de mil ochocientos siete años, que ante nos, el Notario y testigos infraescriptos, perescieron personalmente Joaquin Mur, carpintero y vecino de dicha villa de una parte, y de la otra Sebastián Costa, labrador y vecino del lugar de Navarri, y María Costa su hermana, mujer del dicho Joaquín Mur, los cuales dijeron:
Goya, "Condesa del Carpio, marquesa de la Solana"
Que acerca del matrimonio tratado convenido y ante la Santa Madre Iglesia solemnizado entre  el dicho Joaquín Mur y la dicha Maria Costa daban y otorgaban,  y en efecto otorgaron la capitulación matrimonial presente, con los pactos siguientes:
Primeramente dicho Joaquín Mur trae a su matrimonio su persona y bienes muebles y sitios  en general y especialmente trae los instrumentos de su oficio.
De su parte, la contrayente Maria Costa trae a su matrimonio su persona y bienes muebles y sitios habidos  de su "grado" y especialmente trae y el dicho Sebastián Costa su hermano le da y manda, y donación propter nupcias le hace, de la cantidad de cincuenta libras jaquesa en esta forma: veinte libras en dinero que contrajo en su matrimonio y las restantes a tres libras jaquesas cada año prosiguiente en dinero o efectos.
Y más, trae la dicha contrayente y su hermano le da la razón de la ropa siguiente: Dos sábanas, una de cáñamo y otra de botiga, dos almohadas, un enjugamanos, una servilleta. Y más,o trae la dicha contrayente la ropa de su uso ganada con su industria y  es la siguiente: tres basquiñas de botiga y tres de paño de la casa, de diferentes colores, cuatro jubones, los dos de casa y los dos de botiga, mantilla de cotón, cuatro camisas de cáñamo...".
"Item es pacto que un hijo de este matrimonio siendo apto para el manejo de la casa haya de ser heredero de los bienes del contrayente. el que eligieren ambos o sobreviviente. Y ante su posible muerte, dos personas de las más cercanas de cada uno...".
Fueron testigos Francisco Costa y Pablo Salinas, labradores y vecinos de la villa de Campo.




(Foto de flores de la montaña, de Jose Murciano)