Había una vez, un niño...
La familia Blanch, originaria de Tortellá (la Garrotxa, Girona) se instaló en Campo a mitad del siglo XIX. Examinando su genealogía nos hemos topado con el hecho curioso de que dos hermanos, hijos de los mismos padres, llevaran el mismo nombre. Esto no era habitual porque, aunque se solía poner el nombre de un hermano fallecido al que nacía después, casi nunca se daba el mismo nombre a dos hermanos vivos. De todos modos, y fuera por el motivo que fuera, tenemos constancia de la existencia de dos Pedro Blanch Serra. Uno de ellos se asentó en Campo, mientras su homónimo se instalaba en Boltaña, donde se casó con Dorotea Buil. De ese matrimonio nacieron nueve hijos, cinco varones y cuatro chicas. Pedro, el que fundó familia en Boltaña, era cucharero, como su padre y sus hermanos instalados en Campo. Y allí en Boltaña enseñó el oficio a la gente del pueblo, montó una fábrica, en la que cada obrero llevaba a cabo una tarea determinada y consiguió comercializar sus productos por toda España.
De todos los hijos que tuvieron Pedro y Dorotea, nos queremos ocupar ahora de Pedro, el quinto de sus hijos, que se convirtió en una persona famosa y fue el orgullo de su familia de Boltaña y, también, de la de Campo.
Pedro Blanch Buil nació en Boltaña el 28 de noviembre de 1877. Fue un verdadero niño prodigio, pues aprendió a tocar él solo la guitarra. Cuando su padre descubrió sus aptitudes musicales, se tomó muy en serio su formación. Las primeras lecciones de música las recibió de D. Mariano, el farmaceútico del pueblo, y fueron de violín, instrumento al que ya se dedicó toda su vida. Su inclinación a la música no fue casual, pues en su familia había mucha afición. Su padre creó un coro y una banda de música entre los operarios que trabajaban para él, e incluso formó con sus hijos un grupo coral, que cantaba en la iglesia en casamientos y otras fiestas.
A los 8 años Pedro Blanch, Perico, obtuvo una bolsa de estudios de la Diputación de Huesca y se fue a estudiar al Conservatorio de Madrid. Durante todo el tiempo que duró el aprendizaje, dio muestas de su gran valía y a los 14 años recibió el premio Sarasate. En 1891 consiguó el accésit en el Concurso de alumnos del Conservatorio y en 1892 obtuvo el 2º premio. El año 1893 consiguió el Primer Premio, terminando sus estudios con Distinción. Además de adquirir conocimientos musicales, Pedro aprovechó bien el tiempo forjando gran amistad con muchos colegas, entre lo cuales podemos destacar a Pau Casals, con el que llegó a tener una relación muy estrecha. También estableció con sus profesores una relación de respeto y afecto que duró toda la vida, como fue en el caso de la amistad que mantuvo con sus maestros Monasterio, Hierro, Serrano, Granjal y Arbós.
A los 16 años ocupó por concurso la plaza de primer violín en las orquestas de Sociedad de Conciertos y Teatro Real de Madrid. A los 23 se estrenó como director de la ópera "Carmen" en el Teatro Principal de Zaragoza, de donde parece ser que salió a hombros, aclamado por el público. En el curso del año siguiente, dirigió durante una temporada la Opera en Madrid.
La primera vez que fue a Portugal fue en el año 1898, y lo hizo para tocar en el Casino de Espihno, formando parte de un trío cuyo violoncelista era Pau Casals. Repitió varias actuaciones en la capital lusa y en 1907 se casó con Arminda, hija de Moraes Palmeiro. En este país obtuvo muchos éxito profesionales, en el que interpretaba habitualmente en el Palacio Real, incluso en fiestas y saraos íntimos que daban la reina Doña Amelia y su hijo Manuel. Finalmente, en 1912 formó y pasó a dirigir la Orquesta Sinfónica Portuguesa que se mantuvo en actividad durante 18 años y que, popularmente, era conocida como "orquesta Blanch".
Fijada su residencia en Portugal, viajaba habitualmente a España para ofrecer actuaciones, pero sus salidas por el resto de Europa se limitaron drásticamente, dada la situación creada por la Primera Guerra Mundial.
Fueron innumerables los elogios y testimonios afectuosos que recogió a lo largo de su vida, tanto entre sus colegas como de los alumnos que tuvo; de los músicos que trabajaron con él y de los admiradores que cosechó. En España fue condecorado con la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica y en Portugal con la Encomienda de la Orden de Santiago.
Su hija, la Sra. Arminda Blanch, cuenta que a pesar de que su padre se declaraba un hombre de ciudad, siempre añoró volver al paraje de su infancia, a Boltaña, donde creía que recuperaría la salud perdida, pero por vicisitiudes de la vida no pudo hacerlo. Murió Pedro Blanch en el país de adopción, con la familia que él había creado, el 1 de agosto de 1946. Su otra familia, la de sus padres, la dejó en Madrid, en Boltaña, en Campo y en Tortellá. Para todos ellos Pedro fue una estrella, un orgullo, el pariente que triunfó, el que llegó a ser amigo del Rey de Portugal...
Su hija, la Sra. Arminda Blanch, cuenta que a pesar de que su padre se declaraba un hombre de ciudad, siempre añoró volver al paraje de su infancia, a Boltaña, donde creía que recuperaría la salud perdida, pero por vicisitiudes de la vida no pudo hacerlo. Murió Pedro Blanch en el país de adopción, con la familia que él había creado, el 1 de agosto de 1946. Su otra familia, la de sus padres, la dejó en Madrid, en Boltaña, en Campo y en Tortellá. Para todos ellos Pedro fue una estrella, un orgullo, el pariente que triunfó, el que llegó a ser amigo del Rey de Portugal...
En la próxima entrada de este blog, ofreceremos artículos y notas de prensa relacionados con el tema.
(Fuente: Información Marcos Diniz, de la familia Blanch de Lisboa; Conchita Puyol de la Biblioteca de Boltaña. Fotos gentileza de Marcos Diniz, nieto de Pedro Blanch: Foto del niño; Retrato de Pedro Blanch, obra de Pilar Blanch y caricatura del Maestro; Foto de Boltaña: Celedonio García).
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