El 19 de Mayo de 1881 se publicó en "El Diario de Huesca", un artículo firmado por "el corresponsal" en Campo de dicho periódico. En dicho informe se daba cuenta de la desastrosa situación que estaba viviendo nuestro pueblo a causa de la viruela y, se destacaba la ayuda recibida de la población de Graus. Pero, para no repetirnos, mejor leemos directamente dicha reseña:
"Cuando este desgraciado vecindario se creía libre de la funesta enfermedad variolosa que tantas defunciones y disgustos ha causado; cuando los pueblos limítrofes habían recobrado el ánimo para volver a esta villa, donde constantemente se surtían de la mayor parte de efectos y comestibles, la autoridad local en unión de la Junta de Sanidad nombrada al efecto, se vió en la ineludible necesidad de dirigir al M.I. Sr. Gobernador civil de la provincia, una comunicación en la que se le participa la gran consternación que reina en esta localidad, haciéndola extensiva a la escasez de recursos y espantosa miseria porque atraviesan los habitantes de este pueblo, hasta el punto de hallarse privados de lo más indispensable a la vida humana, viéndose en el triste caso de que en un instante dado quedan privados de los seres más queridos. Se ha suplicado por tanto a la superiodad expresada la presentación en ésta de un facultativo, para que en unión del que se halla al cuidado de los enfermos, vean el medio más conveniente para estirpar de una vez tal epidemia.
De manera que hoy la viruela se encuentra en su verdadero apogeo; y después de transcurridos 6 meses sin que pueda cortarse el mal que tantos trastornos causa, nos vemos en el triste desconsuelo de agotar toda clase de recursos. Estamos, digámoslo así, incomunicados con los pueblos vecinos, y únicamente a la renombrada y caritativa villa de Graus tenemos que agradecer, pues sin temor al contagio, todos sus habitantes han sabido demostrar el aprecio y compasión a los de esta localidad, merced todo ello a su civilización más que en otros pueblos de la montaña, dándoles posada y toda clase de comestibles, que a no haber tenido el amparo de los de Graus, hoy se vería el pueblo precisado a abrir una suscripción para socorrer a los menesterosos y no dudamos que aparte de todo, tengan que implorar o más bien apelar a esta clase de recursos. Y tanto es así, que después de haber muerto sobre unos 50 a 60 de diferentes edades, y cuando ya no había mas que un caso, en 48 horas han caído enfermos en número de 20 sin distinción de edades. Por cuyas razones, muchas familias han tenido que salirse a las casas de monte, otras a algún pueblo vecino y el menor número a las casas no contagiadas, ya que los que pasan a las de sus amigos lo hacen por encontrarse contagiadas las suyas.
La mayor parte de los pueblos de esta montaña impone multas exageradas a sus vecinos si admiten gentes de Campo, por lo que llamamos la atención del señor Gobernador civil para que tome las medidas necesarias con el fin de evitar tanto contratiempo, pues más de una vez ha sucedido que los de este pueblo han dormido al aire libre, por no encontrar posada y otras veces viajar toda la noche sin dormir, teniéndose que volver a esta villa por no encontrar hospitalidad en ninguna parte".
(Fuente: Hemeroteca "Diario del Altoaragón". Imágenes: 1: Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires (1871), Juan Manuel Blanes. 2: "Edward Jenner vacunando contra la viruela", de Gaston Melingue: 3. Flores: Jose Murciano).
no se si repetir lo dicho , pero que no decaiga la recuperacion de la historia y que esta sirva para mejorar la vida
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