MI CASA
Mi hermano Rober me preguntó un día: "¿No dices que quieres una casa?" y yo le dije: "SÍIIIII!". "Pues te voy a regalar una", me contestó. Y dicho y hecho, me dio una casa.
Estas casas se las inventaba él, no seguía ningún modelo, les daba forma a medida que le apetecía: que si un balcón aquí, una ventanuca allá detrás, un pajar arriba... La materia prima eran las piedras del río, las cortaba una y otra vez, hasta conseguir formar un sillarejo perfecto. También les daba forma de losas de pizarra, para los tejados.
Con la madera hacía los marcos de las puertas y ventanas, ventanos, postigos, aleros de los tejados y hasta algunos adornos: un banco, unos maceteros, un tonel.. y las enredaderas que alegran las paredes.
Junto a las casas, no faltan algunos utensilios de trabajo, una escalera, una forca, hasta ropa tendida en la ventana, como si de verdad en las casas hubiera Vida.
(Fotos de Nuri Reyes y Roberto Fuster Reyes)
¡Una historia emocionante!
ResponderEliminarGracias, Asun. Emocionante no sé, pero te puedo asegurar que la historia es bien verídica. ¿Te han gustado las casitas? ¿A que son preciosas? Un abrazo.
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