sábado, 5 de septiembre de 2020

Calbera (Calvera)


Algunos datos de este apellido:

Francisco Calvera, labrador de Campo, vende en 1695 una propiedad a Martín Revilla, tejedor, que éste compra por 1240 sueldos jaqueses.
Martín Revilla se casó con Mariana Calvera, cuya filiación exacta no conocemos (aunque probablemente era hija de Francisco Calvera), el 28 de enero de 1703. Fueron los padres de Lorenzo Revilla Calvera y  Anna María Revilla Calvera.
                                                         
Gustave Majer

Josep Calbera se casó con Angela Lacorte y, un hijo suyo, llamado Marcial Calbera Lacorte, nacido en Campo, fue notario. Marcial nació el 12 de abril de 1716 y se casó con Theresa Lascorz Abentín en La Buerda, el 16 de abril de 1705. Theresa era hija de Joseph Lascorz Cabero y Josefa Aventín Fumanal, siendo la profesión de Joseph Lascorz también la de notario. De este matrimonio nacieron:
Theresa Calbera Lascorz 
- Josefa Calbera Lascorz, nacida el 12 de abril de 1716 en Campo, siendo sus padrinos Manuel Serena y Josepha Ballarín. Se casó el 11 de abril de 1736 en Campo con Francisco Canales Galindo, actuando como testigos del enlace Joaquín Sanz y Pedro Galindo, de Campo. Fueron los padres, entre otros hijos, de:
1) Francisco Pedro Canales Calbera, nacido el 4 de febrero de 1737 y casado con María Teresa Garuz Altemir en Las Vilas, el 22 de noviembre de 1762,
2) María Teresa Canales Calbera, que contrajo matrimonio con Juan Campo Peiret de Navarri. 
3) Pedro Antonio Canales Calbera, nacido el 26-4-1745 y casado con María Teresa Costa Pena, después de haber obtenido Dispensa.

CHÍA

Figura también en nuestro estudio familiar, una MARÍA CALBERA casada con Francisco Vidaller, de la que no estamos seguros si pertenecía a la rama de Chía o a la de Sahún, aunque estaban emparentados entre ellos. Esta familia, en el siglo XVII se vio envuelta en un asunto espinoso. Se trataba de lo siguiente:
ANTÓN CALBERA, de Chía, labrador, murió habiendo hecho no un testamento, sino dos, con distintos beneficiarios. Así las cosas, se presentaron ante el notario por una parte  Pedro Calbera, habitante en Chía y Matheo Calbera, habitante en Villanova, y por la otra, Juan Cortina, Isabel Juana Calbera y Ana Cortina, declarando que entre ellos había habido problemas a raíz de la existencia de esos dos testamentos, pero que estaban dispuestos a llegar a un acuerdo.

"Ha habido en años pasados diferencias y pleytos sobre la sucesión y otras pretensiones, en los bienes que fueron y quedaron por muerte del quondam Antón Calbera, labrador, vecino que fue de dicha villa de Chía, originadas parte de dichas diferencias por haber muerto aquél con dos testamentos con mucha ambigüedad e incertidumbre, cual había de subsistir, y también por otros motivos y fundamentos y para evitar enfados y aclarar aquellos sin pleytos y espensas....".

Enfín, para solucionar el problema los interesados nombraron a Antonio Torrente, notario real domiciliado en Campo, y a Jacinto Lanao, notario real domiciliado en Ainsa, para que "entrambos amigablemente mediante su sentencia arbitral decidieran, absolvieran, condenaran y pronunciaran lo que mejor les pareciese para la decisión de dichas pretensiones y diferencias".

Esta fue la decisión a la que llegaron las dos partes, un 6 de septiembre de 1658.

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