domingo, 8 de mayo de 2011

Memorias de un pescador




muy experimentado




Fernando Abad Maza, entre otras muchas cosas, es un gran aficionado a la pesca. Con el paso de los años y debido a sus inquietudes y experiencias, se ha hecho partidario de la pesca sin muerte. Pero en ese largo recorrido, desde que empezó a pescar en el Rialgo cuando era sólo un crío, hasta ahora, que ya es abuelo, ha vivido muy buenos momentos y ha disfrutado mucho capturando truchas y barbos. Los recuerdos de todas sus aventuras con la pesca los ha recogido en un trabajo que ha titulado "Memorias de un pescador". Iremos ofreciendo algunos de sus recuerdos en este blog.


"La mayor trucha del Esera (Agosto, 1979)


En agosto siempre ha habido truchas gordas en el Esera. Suben desde Barasona y desde Murillo al Gradiello, es fácil que en los pozos grandes haya alguna trucha de más de un kilo, que ya es un tamaño respetable para el Esera.


Uno de esos días estábamos sacando coto a las siete de la mañana tan solo dos pescadores de Campo. Uno, Miranda el carpintero, que invariablemente pescaba a cucharilla y el otro yo, que iba dispusto a pescar a cebo durante dos o tres horas por la mañana y quizá un rato a mosca por la tarde.



Me fui a la zona bajo Murillo, en los alrededores de la Silla, que es una zona en la que tengo mucha confianza. Vi enseguida que no iba a ser precisamente un día especial, puesto que tan apenas picaba alguna trucha y las que lo hacían eran pequeñas.

Empezaba a hacer calor y el sol estaba en todo lo alto cuando decidí, viendo la imposibilidad de coger nada más, dejarlo para la tarde.

Al llegar a la Plaza, con socarronería, alguien me comentó si me había ido tan bien como a Miranda, que al parecer había cogido una trucha muy gorda.

Fuimos Nila y yo a verla y enseguida nos enteramos que en verdad era muy grande. Rosita, de la carnicería, nos dijo que pesaba más de siete kilos y que la tenía ella en la cámara frigorífica.






Cuando tuve ante mis ojos aquél hermoso ejemplar de 7,4 Kgs. no pude por menos que ir a casa a por la cámara de fotos e inmortalizar una captura como aquella, que sin duda era la mayor pieza que nunca se había capturado en el Esera. La mayor hasta entonces la había cogido muchos antes Joaquín de Roy con madrilla y había pesado 6,7 Kgs.


Al parecer le picó pescando a cucharilla, con un hilo del 22 -que debía tener una resistencia máxima de unos cuantos kilos- y en una zona verdaderamente comprometida. Porque la zona donde picó (encima del puente Navarri) ha sido frecuente punto de espectáculos de lucha y pérdida de piezas grandes.


Esta enorme trucha, sin embargo, no realizó ninguna de las habituales triquiñuelas a las que nos tienen acostumbrados los truchones del Esera. Apenas mostró resistencia alguna y, para su sorpresa, según Miranda, a los poco minutos de enganchada casi por si misma se encontró en una zona de escasa profundidad en la que no tuvo defensa alguna.

Pescar una trucha así, en esas condiciones, es algo digno de figurar en los anales de la pesca, no solo de un pueblo o de un río, sino al menos, de toda una provincia en la que abundan los pescadores y anécdotas similares a esa, aunque no tan sorprendentes".
..




Más información en: "Pescar... en Campo"




(Texto: Fernando Abad Maza. Fotos: Autorretrato (Fernando Abad Maza); Roberto Fuster (Familia Fuster-Reyes); Puente de Navarri (Angel Huguet Ascaso); Nila (Fernando Abad Maza).



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