para beber
El agua para uso doméstico no llegó al pueblo hasta principios de siglo XX, exactamente en 1.900. Hasta entonces había que ir a buscarla al río cuando bajaba limpia, ya que cuando había tormenta y se enturbiaba se tenía que ir a buscar a algunas de las fuentes que había alrededor del pueblo.
El segundo tramo de la conducción, discurría desde el depósito de San Sebastián hasta las fuentes públicas situadas en determinados puntos de las calles del pueblo. Había fuentes en Cabovila, Plaza Mayor, San Antonio, Cantón y en la parte oeste de casa de Sermo.
También se hicieron dos abrevaderos, uno en cada extremo del pueblo, en Cabovila y antes de llegar a la Rampa.
Gracias a unos recibos conservados en los que se detallan los salarios abonados a algunos trabajadores, sabemos que las obras se realizaron en los meses de invierno, durante enero, febrero y marzo, que era el periodo del año en que había más disponibilidad de mano de obra entre la gente del pueblo, ya que no hay faenas agrícolas a realizar.
En esta ocasión, las prestaciones no fueron de carácter vecinal, como había ocurrido cuando se trajo el agua para regar, sino que el Ayuntamiento pagó jornal por trabajo realizado.
(Información y fotos: gentileza de Antonio Castel)