lunes, 23 de septiembre de 2019

Una carta de mi abuela


Es fácil escribir bien, 
cuando dicta el corazón 


La abuela Josefina nunca salió de Campo, bueno, para ser más exactos, sí: en una ocasión fue a Perarrúa a firmar la cesión de unos derechos que tenía sobre el molino.
A pesar de ese "aislamiento" fue una persona educada (no nos atrevemos a decir más... ). Y lo deducimos por algunas cartas que conservamos, escritas en 1945 y 1946. La que transcribimos a continuación,  la envió a su hija Basilia, que vivía en Barcelona, donde también se encontraba entonces su marido, que había ido allí a visitarla. La carta dice así:
"Campo, a 3 de diciembre 1945
Querido esposo e hija: recibimos vuestro telegrama de llegada y también Daniel (mi padre, su hijo), ha recibido una carta en la que dices, Basi, que Daniel (mi abuelo, su marido) tiene un poco de azúcar, que ya sabe él que se lo dije antes de salir, que tenía que estar unos días a régimen. Ya diréis qué tratamiento es el que tiene que hacer y si le es muy desagradable, y si le tienen que hacer la operación. Explicarlo todo.
Ya veo que dijo Basi por teléfono, que para Navidad vendréis los dos. Un poco largo me parece, pero como dice Basi que vendréis los dos ya me conformo, a pesar de que se me están haciendo los días muy largos, porque me parecen de un vacío muy grande. En fin, que te pruebe bien y que puedas aliviar ese dolor que tienes.
Por aquí, como siempre, con un tiempo bueno pero sin sol.
No se qué contaros de particular, nada, únicamente que en casa de Mascaray y el Barbero echan mucho de menos al señor Daniel del Molinero (su marido). 
Ya dirás si vas a hacerte algún sueño al cine, como tienes de costumbre cuando vas.
Bueno, nada más. Recuerdos de todos los de casa y recibir un abrazo de vuestra esposa y madre que no os olvida.
Josefina Auset.
P.D: Le dijo Daniel al capitán que está en casa, si podríamos hablar los martes y sábados, como le decías, y dijo que sí, que todo lo que queramos, que cuando tengamos que hablar no importa que no esté él, que subamos a su habitación y cojamos el teléfono sin ningún miramiento. Es un señor muy correcto y educado."
El capitán al que se refería la abuela, pertenecía al Regimiento destacado en Campo después de la Guerra. Muchos de aquellos militares estaban alojados por las casas del pueblo, que tenían que acoger a la persona que se les asignaba.
La abuela Josefina había nacido el año 1888 y era la única hija del molinero. Se casó y tuvo cinco hijos. Murió a los 49 años. Alguien se preocupó de darle una buena educación, sin salir del pueblo. 

                 

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