sábado, 23 de febrero de 2019

Mientras no hay viento...

no hay mal tiempo

Como marzo tiene fama de ser un mes de muchos vientos, me viene ahora a la cabeza una historieta o especie de cuento que mi padre nos explicaba sobre este tema. El situaba la acción en Campo ¡como no! y el protagonista también era un vecino del pueblo... pero, la verdad, es que no sé de donde se sacó la historia. Más o menos era así:
Había un pastor en el pueblo, que todos los días del año (o casi, como veremos) sacaba por las mañanas a sus ovejas para llevarlas a pastar al monte. Igual le daba que fuera día festivo o no festivo, que estuviera sereno o nublado, que le doliera la pierna o estuviera sano, cuando llegaba la hora habitual abría la puerta de su corral y se ponía en camino.
A veces llovía fuerte, verdaderos aguaceros, y los vecinos le decían
- Pero ¡dónde a dónde vas hoy Pedro? ¿no ves la que está cayendo?
- Tarde o temprano la lluvia acabará, y a las ovejas les gusta chapotear por el agua.
En verano, cuando hacía un calor asfixiante  y el sol jugaba a derretir cosas, Pedro, en lugar de quedarse fresquito en casa, se ponía en marcha con sus animales.
- Pedro, mejor sería que no salieras un día como hoy ¿cómo puedes andar por ahí con este sol justiciero? Os vais a asar, tú y tus ovejas - le decían
- Cuando llegue el frío, nos acordaremos de estos calores y lo aguantaremos más a gusto- respondía.
Y así, estoicamente aguantaba tormentas y nieves, soles y nublados, hasta que un día sus amigos viendo que Pedro no salía de casa con su rebaño se preocuparon. ¡Que raro! pensaron, estará enfermo, algo malo habrá pasado. Y fueron a encontrarle para ver qué ocurría.
Cuando llegaron a su casa, le preguntaron:
- Pedro ¡estás bien? ¿qué pasa que hoy no sales?
- ¿Salir hoy? - les contestó- Estáis locos... hace viento.
Y es que, entre otras cosas, se le atribuye al viento el volver irritables tanto a las personas como a los animales, que para el caso son lo mismo. Y provocar depresiones. Y hacer daño a las plantas, resecándolas, rompiéndolas y tumbando las mieses... enfín, que parece ser que el pobre viento no tiene muy buena prensa. Pero, no puede ser que todo lo haga mal ¿no? alguna ventaja debe tener, digo yo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario