martes, 2 de octubre de 2012


Artesanía textil



Hasta mediados del pasado siglo XX, en los huertos de Campo se cultivaba cáñamo, planta textil alta, espigada, con el tronco como una caña y, que  según nos dice Antonio Castel, se parece a la hierba que en nuestro pueblo se conoce con el nombre de  "fariné". Y transcribimos a continuación, la información que Antonio nos ofrece en su libro sobre Campo:
"La recolección se efectuaba en el mes de septiembre, y tenía varias etapas. Primero: lo segaban y depositaban en manojos o fajos en el mismo huerto. Segundo: lo sumergían en balsas de agua durante nueve días. Pasado este tiempo y bien secado, pasaban a "gramarlo", es decir, se machacaba bien hasta que quedaban unas largas hebras. Esta operación era realizada en unos cajones procedentes del vaciado de troncos de gruesos árboles, en ellos depositaban el cáñamo en rama, lo troceaban con un mango sujeto por un extremo, como si lo "mallaran", hasta conseguir las hebras. Después había que "rastrillar", mediante esta acción dejaba el cáñamo fino y esponjoso. Y luego, "ovillar", mediante un huso hacían el hilo, conservándolo en ovillos hasta que lo tejían.
El señor José Castán (señor José de Boyón) preparaba el cáñamo. Tenía una máquina de madera, tipo mesa, de la superficie salían numerosas púas, sobre las que hacía pasar manojos de cáñamo a golpes, hasta que estaba fino y suave.
Preparación: la esposa del señor José hacía el hilo mediante el uso y luego ovillos. Realizaban este trabajo en Cabovila al lado de la pared de la Iglesia, los niños cuando salíamos de la escuela nos parábamos a contemplar aquél trabajo. Los de Jandeguel se dedicaron al mismo trabajo en lo que fue la era del mismo nombre, hoy integrada en la plaza de Cabovila.
El tejido: esta labor era realizada en una casa del pueblo vecino de Navarri, en casa de "Teixidó", con rudimentarias máquinas. Aún existe hoy esta casa en Navarri. Tejían sábanas, sacos, lonas para los trabajos de la trilla en la era y telas en general, de las que se hacían hasta camisas.
Abatanado: Las sábanas quedaban muy rígidas, para dejarlas suaves las sometían al "abatanado" que consistía en hacer pasar la tela por una serie de rodillos hasta que estaba suave. Este trabajo era realizado en una pequeña casa aún existente y que lleva el nombre de "El Batán", cerca del Moliné de Aguas Caldas, en dirección a las Vilas del Turbón".
Alpargatas: En casa de Perico Aventín, se hacían alpargastas con el cáñamo que les suministraban ya en ovillos.
En varios documentos antiguos de Campo encontramos mencionados los cañamares de los vecinos, que como solía ocurrir con las tierras y propiedades  dedicadas a otros usos (huertos, prados, pajares, ferrañas, etc.) solían estar concentrados en un área determinada. En el caso concreto de los cañamares era la zona del Pllano. Así, en un testamento leemos, por ejemplo,  que  el otorgante, Antonio Torrente, de Campo,  cede "un cañamar sito en los términos de dicho lugar de las partidas llamadas las Planas, que confronta con cañamar de Joaquín Sanz y con cañamar de Balero Raluy...".

En el Almanaque de Comercio de 1879 y 1880 se menciona como tejedor en Campo sólamente a Antonio Ríu, pero en muchas casas elaboraban el cáñamo o la lana para el consumo familiar. 

(Fuente: Texto transcrito de Antonio Castel. Foto:  El Pllano, M. J. Fuster).

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