martes, 19 de octubre de 2010

Una dote...



de Chíapara Campo




No hace tantos años... Fue en 1926 cuando Juan Brunet, nacido en Seira, se casó en Chía en segundas nupcias con María Mora Fortuño. Hacía unos años que Juan se había instalado en Campo con su primera mujer, Constantina y allí nacieron dos de sus tres hijos, pues el mayor había nacido en Seira. Constantina murió a los 35 años de edad, el 28 de noviembre de 1925, después de haber dado a luz a una hija, Victoria (1-11-1925).
A Juan su familia le ayudó a encontrar una joven discreta y trabajadora, para que le ayudara a criar a los hijos, ya que era urgente que alguien atendiera a la niña recién nacida. María aceptó lo que de ella se esperaba y enseguida pidieron autorización al Obispado, para no tener que esperar la formalidad de las tres Dispensas. En el expediente, Juan aducía como razón primordial para querer casarse con tantas prisas, que los niños necesitaban el cuidado de una madre. Además, decía, tenía el negocio muy descuidado. Había abierto una pequeña tienda de comestibles y vinos y, a causa de las circunstancias familiares, no tenía tiempo para trabajar y no podía seguir así...
En la casa de la novia, en Chía, le preparon la dote a María e hicieron una relación de todo lo que se le daba, para que el novio firmara el correspondiente recibo. Leyendo esta lista se puede ver cuál era la ropa más usual en los hogares de nuestros pueblos durante aquellos años de principios de siglo XX y, también, cuál era el atuendo que llevaban las mujeres. Le dieron:

"Un colchón, una funda, un almohadón, dos sábanas, una manta, una cubierta, ocho camisas, cuatro camisetas, una chambra, cuatro pares enaguas, un refajo, cuatro pares "pantalones", cuatro vestidos de lana, uno de algodón, seis pares de medias, un abrigo, dos toallas, un mantel, media docena servilletas, un corsé, dos pares de zapatos, un manto, dos mantillas, un cofre y dentro con dinero 1000 pesetas, que es lo prometido".
No estaba mal la dote de María, comparándola con lo que, seguramente, descubrió en su nuevo hogar... En la casa de su marido, en Campo, más que sábanas y manteles encontró mucho trabajo y grandes responsabilidades.

(Agradecemos a J. V. y María Luisa Mur, que nos hayan hecho llegar el documento de la dote.
Fotos de: M. J. Mur, M. J. Fuster, Jose Murciano).

4 comentarios:

  1. No os encuentro en facebook!

    Cuál es vuestro código?

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  2. Hola, Rita, no estamos en facebook, pero estamos aquí en este blog, acompañando a todos los que quieran tener información de Campo o conocer su Historia. Saludos a todos,

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  3. Chía es un pueblo genial, si podeis dar un saltito visitadlo que no os arrepentireis. Espero que os vaya muy bien. Un saludo de Jessica.

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  4. Desde luego, Jessica, vale la pena visitar Chía, porque el pueblo es bonito y el paisaje espectacular. Un abrazo y gracias por la sugestión.

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