jueves, 31 de diciembre de 2020
Para felicitar el Nuevo Año
lunes, 28 de diciembre de 2020
Más nieve
¡Y VIENE MÁS NIEVE!
Mil gracias a Maribel, Carmen, Roberto, Miguel, Jaime, Alberto y Pilar, que nos dejan compartir sus fotos con todos nuestros seguidores. Un abrazo a todos.
jueves, 24 de diciembre de 2020
Esta noche es Nochebuena
¡Y mañana NAVIDAD!
lunes, 21 de diciembre de 2020
Felicitación
viernes, 18 de diciembre de 2020
Aquellas Navidades
De hace solo unos años…
martes, 15 de diciembre de 2020
Atado y bien atado
TODO PREVISTO
El abogado de los campesinos. Breugel el Joven |
"Que yo, Juan de Cera, vecino del lugar de Navarri, así como Procurador legítimo que soy de Pedro de Cera, mi hijo, mediante poder constituido para el infraescrito de hacer y otorgar por Antonio Torrente de Campo, recibido y testificado en el lugar de Campo, en un día del mes de octubre del año próximo pasado, en dicho nombre, procurados por ciertos justos respetos a mi bien vistos, DIGO Y ME PLACE QUE:
Casa del Torrueco. Nocellas."Despoblados de Aragón"
Atendiendo y considerando que dicho mi principal contrajo matrimonio con Jerónima Bardaxín habitante en la casa de Torrueco, como consta por capítulos matrimoniales, y haber ofrecido en socorro de su matrimonio pagar mil y seiscientos sueldos jaqueses, los cuales de separarse dicho matrimonio podríalos recobrarlos, de separado el matrimonio y como dicha Jerónima de Bardaxín murió, alegado el caso de la cobranza, POR TANTO
Digo en dicho nombre, que dichos mil y seis cientos sueldos sean tenidos y obligados pagármelos en las tandas siguientes: a saber ahora de presente once libras y media, las cuales he recibido en precio de un buey, el cual recibí en mi poder y posesión del para el día de San Miguel del año presente. Doce libras jaquesas, y en pago de estas doce libras de este año, le consigna desde luego la parte y porción de una estancia de ovejas y cabras que tiene con mº Larruy de Merli, y este ganado haya de ser estimado por dos amigos de cada parte y, después de ser apreciado dicho ganado, todo lo que montare más, lo haya de cobrar dicho Cera en primera paga para día de San Miguel del año de 1635. Otras doce libras jaquesas, en la cual dicha paga de dicho año la cantidad que dichas ovejas montaren más, dicho Cera lo haya de tomar en cuenta para el día de San Miguel del año 1636. Otras doce libras jaquesas para el día de San Miguel de dicho el año de treinta y siete. Otras doce libras jaquesas fin de pago de aquél día en un año continuo y siguiente y cumpliendo Juan Bardaxín los pactos, tandas y promesa que con la presente hace a dicho Juan de Cera, como a heredero que es de dicha Gerónima Bardaxín, prometo en dicho nombre de manteneros en dicha ... y no faltando a dicha promesa.
sábado, 12 de diciembre de 2020
Una historia de Navidad
EL AMIGO QUE LE RESCATÓ
DE LA NIEBLA Y EL MIEDO
Era el 23 de diciembre, de hace mucho tiempo. Mi madre, que se llamaba Victoria, siempre había celebrado su santo ese día. Era el inicio de las super fiestas en casa, pues además de Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo, el 28 de diciembre, día de los Inocentes, era el cumpleaños de yayo Juan y el 3 de enero el santo de los Danieles (había tres, mi abuelo, mi padre y mi hermano) y el 6 de enero la Epifanía y el santo de tía Dorita, Adoración. ¡Cada día una celebración!
Toda la familia pasamos la jornada en plena efervescencia con los preparativos de última hora; mi madre con la comida, nosotros con el árbol, el belén, etc y cuando ya terminamos de hacer nuestras cosas, nos pusimos a esperar que llegara mi padre de su viaje. Normalmente volvía a las 4 o las 5 de la tarde, para que no se le hiciera muy de noche por la carretera, pero en aquella ocasión, aunque telefoneó a mediodía para decir que llegaría como siempre, resulta que se estaba retrasando... Era muy raro. Poco a poco nos fuimos poniendo nerviosos, porque los días anteriores había nevado y se decía que la carretera estaba helada.. A las 6 llamamos a Monzón y nos dijeron que había salido de allí hacia Campo después de comer. Entonces, ¿dónde se había metido? no era propio de él... ¿Se habría parado más de la cuenta con su amigo de Graus?
A las 7 más o menos, llamamos a ese amigo. Mi padre no pasaba nunca por delante de su tienda sin saludarlo, aunque fuera sin bajar del coche. Y el amigo nos dijo que por allí no había pasado, pero que no nos preocupáramos porque inmediatamente salía a buscarlo.
Ya eran más de las 12 cuando sonó el timbre de casa. Bajé a abrir la puerta y allí estaba mi padre acompañado por tres o cuatro personas, que lo sostenían. En aquella época no había móviles para comunicarse y como no quería que mamá lo viera en el estado en que se encontraba (para que no se impresionara) había decidido tocar el timbre, porque sabía que ella no bajaba a abrir. Iba todo ensangrentado y se había roto varios dientes. Lo llevamos a la habitación y entre varias personas lo limpiaron y atendieron. Papá lloraba, no podía hablar. Parece ser que ya habían querido llevarlo al médico antes de traerlo a Campo, pero él se había negado en redondo: quería llegar a casa cuanto antes. El médico titular de Campo se hizo cargo de él. Menos mal que entonces había personal sanitario en los pueblos.
miércoles, 9 de diciembre de 2020
Los sastres
Coser y viajar
La llegada a Campo de mucha mano de obra, que venía para trabajar en los diversos proyectos que se llevaron a cabo en la zona a lo largo de varios años, como fue la construcción de la carretera, la central eléctrica, el canal de Avellana, etc. sirvió de reclamo para la instalación de comercios, bares, casas de comidas, alquiler de habitaciones, etc. así como de personas dedicadas a diversos oficios.
Antonio Castel Ballarín, nuestro paisano y gran estudioso de historia local, nos ofrece más información sobre el fundador de la Sastrería Castel.
Parece ser que no se limitaba a confeccionar las prendas que le pedían, sino que después, a lomos de una caballería, las repartía por todos los pueblos y aldeas. Para hacernos una idea de la dificultad de esas entregas, pensemos que uno de los recorridos que hacía era, saliendo de Campo, pasar por Viú, y luego tomar una senda, que no un camino, que serpenteaba por las montañas hasta llegar a Bielsa, Laspuña o Lafortunada.
Antonio Ballarín Galindo fue el yerno del Sr. Joaquín Castel. A los 15 años ya entró a trabajar de aprendiz, como muchos chicos del pueblo. Habitualmente había uno o dos jóvenes aprendiendo el oficio, pero alguno se tenía que quedar sin poder hacerlo, pues el Sr. Joaquín no podía tener a tantos aprendices como lo pretendían. También acudían al taller chicas, que venían a aprender el oficio de pantaloneras. Recordemos que los aprendices el primer año no cobraban nada. En el segundo, tenían derecho a la comida. Y en el tercero, ya percibían algo de paga.
Como dato informativo, Antonio ofrece algunos de los precios de la época. Por ejemplo, en 1929, un traje de estambre costaba 90 pesetas. Un pantalón de niño pequeño, 7 pesetas. Un pantalón de pana, 17 ó 18 pesetas, si era de persona mayor. Un traje de lana para la primera comunión, 28 pesetas.
Una vez terminadas sus obligaciones con la Patria, se fue a trabajar a Tarrasa y Barcelona, donde estuvo unos años y, finalmente decidió volver a Campo. Era en 1947 cuando abrió su propio establecimiento, donde trabajaba con su esposa Asunción Ballarín Mur. Cerró la tienda en 1983, cuando se jubiló. A lo largo de los años, varias personas, especialmente chicas que aprendían de pantaloneras, trabajaron en su sastrería. Tenía el local en la calle de la Iglesia, en la conocida casa Güel.
También José Ballarín servía sus pedidos a domicilio, pero él atendía a la clientela con bicicleta. Con ella llegaba hasta Mediano, donde se estaba construyendo el pantano y había mucha demanda. Allí atendía a sus clientes en un conocido bar: un domingo tomaba las medidas, al siguiente se hacían las pruebas y el domingo después ya entregaba las prendas confeccionadas. ¡Trabajaba rápido!
Y para terminar, queremos mencionar también a Enrique Subías, que también aprendió el oficio con el señor Joaquín Barrabés Castell. Después, trabajó y siguió aprendiendo en Barcelona, con unos familiares de su madre. De vuelto a Campo, donde instaló su sastrería, se casó con Asunción, una joven de Torrelaribera, que había aprendido a coser con su madre modista, que se había sacado el título de Corte y que resultó ser una gran ayuda en el taller de su marido. Por allí pasaron muchos aprendices, chicos y chicas (como Pepe Morancho, que se instaló después en Barbastro, etc.).
El oficio de sastre permitió a muchos jóvenes de Campo ganarse bien la vida en las ciudades a las que emigraron, aparte de los que optaron por quedarse en el pueblo.
lunes, 7 de diciembre de 2020
¡Nieve!
¡Ha nevado esta noche en Campo!