Estrategia
La verdad es que no sé muy bien cómo se celebran los Carnavales actualmente en Campo, lo que sí recuerdo es cómo se vivían estas fiestas hace unos cuantos años (mejor no digo cuántos...).
Entre lo que no podía faltar esos días, incluidos los crespillos, la longaniza, bromas, etc. era lo de "mascararse", que era el plato fuerte de la fiesta. ¿Y que era eso? pues ensuciarse la cara los unos a los otros con hollín de las cocinas o con azulete, del que se usaba para blanquear la colada. Los del sexo fuerte "atacaban" a los del débil y viceversa. Para que saliera bien la cosa, lo bueno era pillar desprevenido a alguien, y eso formaba parte del jolgorio. Entre la gente del pueblo todo pasaba amistosamente, pero visto desde "fuera" este juego belicoso no siempre se interpretaba bien, pero vamos, no llegó la sangre al río...


Al principio, decidí no contestar para no tener que salir de mi zona de seguridad, pero ante la insistencia, pensé que a lo mejor era algo importante y que mis padres me reñirían si no atendía la llamada, así es que abrí sigilosamente la puerta, miré por el hueco de la escalera, bajé al piso de abajo y en cuanto alcancé el teléfono y dije el primer "diga", ya tenía toda la cara más azul que un pitufo. ¡Enrique había jugado bien su baza! ¡Me había pillado! Aunque hay que decir que el éxito de su estrategia no se debió solo a su insistencia, al haberme estado vigilando con unos prismáticos, etc. la verdad es que tuvo un cómplice cualificado ¡mi madre le había dado el soplo de dónde me escondía y le había facilitado la operación...! y es que ya me temía yo que estarían confabulados...
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