martes, 14 de septiembre de 2010

El tren que perdimos...


Próxima estación:

¡Campo!



En la publicación "Madrid Científico", nº 1226, del año 1929, en un apartado que llevaba el encabezamiento "De ferrocarriles", aparecía el artículo titulado "¡Los gastos productivos!", en el que se hacía referencia a una noticia aparecida en la revista "Ingeniería y Construcción". Esa noticia daba cuenta de un proyecto presentado por la Comisión gestora del ferrocarril Noguera-Ribagorza, que preveía la construcción de un ramal en la vía férrea que llegara hasta Campo, para continuar, después, hasta Castejón. El artículo en cuestión decía así:

"La Comisión gestora del ferrocarril Noguera-Ribagorzana, después de la subasta de las obras del tunel del puerto de Viella, continúa sus gestiones hasta conseguir el anuncio de la subasta de todo el proyecto del ferrocarril, con la variante indispensable por tierras de Aragón, que hace necesario el pantano de Tragó y lo aconsejan las riquezas de las comarcas de Camporrells y Benabarre. Para completar esta obra, trabaja también para que, desde el Ribagorza y atravesando la Sierra de Luzas, se construya un ramal que llegue hasta Campo y remontando el Esera hasta Castejón, y sea empalmado el Ribagorza en Lérida con una vía de la misma anchura ya construida de Barcelona a Igualda, siga atravesando las comarcas de Segarra por Santa Coloma de Queralt y la línea de Tarragona se convierta en la más importante de Aragón y Cataluña, porque acercaría el Pirineo central al puerto de Tarragona y a los centros industriales importantes".

El comentarista de "Madrid científico" hacía referencia a dicha noticia y se pregunta:

"Se sabe cuánto costarían al país, o sea al contribuyente, esas fantasías pirenáicas, si llegaran a tener realidad? Pues esas aspiraciones ferroviarias regionales, tasadas por lo bajo, muy por lo bajo, costarían ¡400 millones! de pesetas.

Explicaba el articulista que la construcción del tunel de Viella, que acababa de subastarse y que aún no se sabía si se destinaría a carretera o para el ferrocarril, habían salido por 11.000 millones de pesetas, y eso era una simple fracción del coste total del túnel. Continuaba así el análisis de la situación:

"Además, ese ramal que, remontando el Esera, llegaría hasta Castejón, sería, sin disputa, como vía de turismo de las más soberbias de Europa, pues con dificultad se puede concebir paisaje más espléndido que el del valle de Castejón. Nosotros lo atravesamos hace quince años y todavía soñamos con aquella maravilla. Pero aquí no se trata de maravillas. Castejón es una aldeíta de cien vecinos y todo su valle no podrá mantener arriba de mil cabezas de ganado. Ya tiene una hermosa carretera que lo pone en comunicación con Graus y Benasque. ¿A qué más?"

¿Es que nuestro Estado puede invertir centenares de millones en ferrocarriles de turismo? (¡habría que ver el tráfico de ese ferrocarril!) y dejar incomunicados por falta de trochas o caminos vecinales cinco mil pueblos de España, cada uno de los cuales tributa cien veces lo que pueda tributar la aldea pirenáica de Castejón?

Resumiendo: lo de siempre. El Estado piensa que si no hay suficiente población (= votos), no vale la pena ocuparse de algunas áreas geográficas. Y perdimos aquél tren, como hemos perdido otros. ..


(Información gentileza de José Antonio López Malo. Foto: Daniel González Fuster)


No hay comentarios:

Publicar un comentario