3.- Demasiado perfecto
para ser espontáneo…
Campo desde Castell de Sin. Angel Huguet |
Recorriendo las calles del pueblo, o contemplando su plano, se percibe que tanta simetría y coincidencia no puede ser obra del azar. Examinémoslo.
Plano de Campo. M. J. Fuster |
Empecemos, por ejemplo,
Campo visto desde un dron. Carlos Rozas |
Conforman el pueblo tres largas calles paralelas, dirección E. a O. (1: calle de la Iglesia. 2: la Plaza, la calle Prior, desde la Plaza a Cabovila, y la calle del Medio, en el sentido opuesto. 3: calle del Vallo, desde la calle San Antonio a Cabovila, y calle de Nueva, desde la calle San Antonio hasta el final, en el otro sentido). Esas calles están cortadas perpendicularmente por la calle San Antonio.
Las viviendas presentan, o presentaban (porque actualmente han sufrido modificaciones), algunas peculiaridades según la ubicación:
- Calle la Iglesia: Bajando de
la iglesia, a mano izquierda, las casas estaban abiertas al barranco.
- En la Plaza, todas las casas disponían de una salida por la parte de atrás, ya fuera a la calle de la
Iglesia o la calle el Vallo. En uno de los lados hay una hilera de porches que permitiría facilitar el comercio en días de mal tiempo.
- En la Calle del Vallo: las casas del lado izquierdo, bajando desde Cabovila, tenían una parcelita detrás, como si fuera un jardín en una urbanización moderna, y que dedicaban a huerto.
El pueblo presentaba una estructura cerrada, que le confería la función de una fortificación. Sólo había dos puntos para
entrar y salir del pueblo: en una de esas entradas se levantó una
ermita dedicada al patrón de los animales, San Antón, y la otra se puso bajo
la advocación de San Sebastián que protegía a las personas de la peste y otras
epidemias.
Extramuros se encontraban situados un conjunto de pajares, que normalmente constaban de dos pisos, en el inferior se criaba el cerdo que cada familia tenía, y el piso superior servía para almacenar la paja. Esta zona recibió el nombre de los Pallerez.
Según Guillermo Tomás Faci, parece evidente que la configuración del nuevo núcleo de población, reflejaba la estructura social que se estaba formando. Así, es lógico pensar, que los pobladores más poderosos ocuparan el mejor lugar del pueblo, que no era otro que la Plaza Mayor. Allí se instalaron los Aventín, Altemir, Mur y algún vecino más (curiosamente "sus casas" son conocidas por el apellido). Y, aunque sea una simplificación, pues siempre hay excepciones, diremos que, curiosamente, el resto de las casas se ha conocido habitualmente por un nombre de mujer, como Casa Manuela, Casa Mercedes, Casa Catalina o Casa Pepeta Catalina, casa Vitoria, casa Jacinta, casa Filomena, casa Rafela, o por el oficio: Casa Calderero, Casa del Alpargatero, casa el Barbero, casa el Cestero, el Molinero, el Maestro...
Campo. M. J. Fuster |
Aparte del reparto de la parcela en el pueblo, también se procedió a una reparcelación general en el territorio en torno a el, dedicado a los cultivos, con el fin de obtener lotes de tamaño similar. Según Guillermo Tomás, este plan se llevó a término entre los ríos Ésera y Rialbo, en una superficie aproximada de 50 hectáreas. Se puede constatar la planificación que se siguió, por el hecho de que los lindes de ese espacio dedicado a tierras de cultivo, son paralelos o perpendiculares a las calles del pueblo, y que el camino que lleva a ellos, y desde el que se organiza su distribución, sale de la calle San Antonio, prolongándose por el llamado camino del Pllano, o camino el Llano.
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