jueves, 30 de junio de 2011

El puente de Morillo de la Liena (1)



Un gran puente

El 24 de Octubre de 1891, se publicaba en "El Diario de Huesca" el anuncio hecho anteriormente por la Dirección general de Obras Públicas de Huesca en el Boletín de la provincia, de la subasta de las obras de los puentes de Murillo de Liena y de Campo sobre el Rialvo (Rialbo). Lo que nos llama la atención en este caso, es que se dé un precio de salida para ámbas obras conjuntamente. Textualmente, el anuncio decía así:
- "Otro (anuncio de subasta) de la que también se celebrará el mismo día 5 de Diciembre, para contratar las obras de construcción de los puentes sobres los barrancos de Murillo y Rialvo, en la sección de Graus a Campo, carretera de Barbastro a la frontera. Su presupuesto de contrata, 268.346 pesetas 55 céntimos".
Los trabajos no tardaron en comenzar, aunque no con muy buen rítmo, pues con fecha 26 de febrero de 1894, tres años después, se publicó un artículo en "El Diario de Huesca" informando de los retrasos que se estaban dando en la construcción del puente de Murillo de Liena. Gracias a este artículo podemos conocer los datos técnicos y las circunstancias socioeconómicas de aqulla época.
"Insensiblemente, casi sin que se hayan advertido las importantes comarcas directamente interesadas en la terminación de las obras, se están llevando a cabo los trabajos para la construcción de un gran puente metálico en el pueblo de Murillo de Liena, en la carretera que ha de unir definitivamente las poblaciones de Graus y Campo, y que en su día se ha de prolongar hasta la populosa villa de Benasque.El país vería con sumo gusto que tales obras, ejecutadas a conciencia y a toda ley, fuesen adquiriendo rápido desarrollo hasta su terminación, para entrar pronto en la vida normal, facilitando en grande las comunicaciones, en una tierra de suyo muy necesitada de ello, tanto por el paso continuado de viajeros que vienen y van a los valles de San Pedro, Benasque y Las Paules, y que pasan a Francia, como por las ventajas que resultan para el cómodo trasporte de mercancías y ganados, que son la principal riqueza del país.



Las noticias exactas que nosotros tenemos nos permiten creer que la empresa encargada de las obras ha cumplido muy bien hasta el presente con su cometido y que se halla animada de los mejores deseos, a pesar de las naturales dificultades que se han ido ofreciendo y de la parsimonia que suelen tener todos estos grandes asuntos. Y se comprende muy bien, pues que bien mirado, el puente de hierro que se levanta en Murillo de Liena cuenta seis tramos metálicos que cada uno de ellos tiene 25,10 metros de longitud, con un total de 100 metros de largo, por cuyo motivo no dudamos en afirmar que resultará la obra de su clase más importante y más grande de todas las que hasta la fecha existen en la provincia. Lo construye la renombrada casa de Barcelona "Augusto Juan Torras y Guardiola", siendo encargado de la dirección de las obras el reputado ingeniero D. Ulderico Torras. El proyecto es debido a la competencia probadísima del distinguido ingeniero de caminos, nuestro ilustrado paisano D. Joaquín Pano y Ruata, tan ventajosamente conocido en esta provincia por haber ejecutado con éxito brillante muchos otros, los más importantes en su género que hoy cuenta el alto Aragón.
De desear es que se terminen pronto tales obras; son por cada día de absoluta necesidad, porque durante el año hay muchos días en que no se puede transitar por aquel punto; y ya que tenemos la pluma en la mano para tratar de este asunto, nos permitimos dirigir un ruego a los que pueden activar la terminación de tal puente, en el sentido de que interpongan su valiosa influencia, siquiera sea en gracia del país, que se halla verdaderamente necesitado de ello.
No será esta la última vez que nos ocupemos de tan importantísimo proyecto, porque afecta a comarcas extensas; que hasta la fecha no han podido utilizar con fruto el sistema carretero, que tantas ventajas lleva en pos de sí para las facilidades del comercio, de la industria y del tránsito.




El Sr. Joaquín Pano Ruata, nacido en Monzón, (1849-1919), fue ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Becado por el Gobierno para estudiar en Alemania las construcciones metálicas, modernizó las técnicas de construcción de grandes puentes y destacó especialmente en los de estructura metálica. Podemos citar entre sus obras, tanto de fábrica como de estructura metálica, entre los que destacan los parabólicos, los puentes de Monzón, Fraga, Ontiñena, Sariñena, Graus y el de Murillo. También hizo el Puente del Rialvo, en Campo. Ocupó el cargo de Director General de Obras Públicas en la provincia de Huesca desde 1874 hasta 1892, fecha en la que pidió la baja temporal por problemas de salud.
El Sr. Juan Torras Guardiola (1822-1910), llamado el Eiffel catalán, fue arquitecto e industrial del hierro. Nació en S. Andrés del Palomar, al lado de Barcelona. Fue profesor de la Escuela de Maestros de Obras hasta su extinción en 1869 y luego en la de Escuela Provincial de Arquitectura de Barcelona, donde pasó a ocupar la cátedra de Mecánica y Estabilidad desde 1872 a 1897, fecha en la que se jubiló. Además de sus propias obras (mercados de trama metálica de Lérida y Tortosa, parroquia de San Paciano en San Andrés del Palomar, etc.) calculó muchos proyectos para otros arquitectos (para José Amargós Samaranch la estructura metálica de la torre de aguas de Dos Rius, en la cumbre del Tibidabo; para Elías Rogent el entramado metálico del Seminario de Barcelona; en colaboración con Augusto Font Carreras consolidó las bóvedas del Pilar de Zaragoza). Su obra más famosa fue el andamiaje levantado para el monumento a Colón, proyecto de Cayetano Buigas Monra inaugurado en 1888.
(Fuentes: Hemeroteca "Diario del Altoragón" y Ernesto Baringo). Foto del puente, con detalle estructura: Ernesto Baringo).

martes, 28 de junio de 2011

Pensando en los demás




"De CAMPO y BEACH"

 


Sahara Colour Rice
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La "Asociación Cultural Campo 29 de Septiembre", por iniciativa de Alberto Gracia y Samuel González, está organizando para el próximo fin de semana una serie de actividades, con el fin de conseguir ayuda para los campamentos saharauis. La información que tenemos sobre el programa del sábado ¡y del domingo! es la siguiente:

1. ¿Cuándo? El sábado 2 de julio, 2011, a partir de las 12 de la mañana.

2. ¿Dónde? En Campo, en la orilla del río Esera (en la llera) cerca de la Palanca, donde estaban el camping y el campo de fútbol.

3. ¿Qué? Tendrán lugar exposiciones, charlas y proyecciones que ilustren sobre la problemática de los campamentos saharauis. Después, comenzará el Festival Solidario en el que diversos artistas se han prestado a colaborar desinteresadamente: intervendrán malabaristas, bailarines, grupos de música, cantautores, en una palabra, ¡música y espectáculo para todos los gustos!

4. Precio de la entrada: Un kilo de arroz y una caja de colores.

Se podrá cenar en el Festival, gracias al ofrecimiento de los comercios locales y también habrá servicio de bar atendido por voluntarios, con el fin de recaudar fondos para costear los gastos de envío de toda la ayuda que se pueda reunir.


domingo, 26 de junio de 2011

El telégrafo





EN CAMPO



Fue en el año 1845 cuando Morse patentó el invento del telégrafo, al que dotó de un sistema de codificación que recibió su nombre. En 1852 el Ministerio de Fomento inició la construcción de la red telegráfica en España y en 1857 entró en funcionamiento la línea Zaragoza-Barcelona, con una estación intermedia en Barbastro. Campo no quería quedarse rezagado en la nueva era de avances tecnológicos, según podemos comprobar por la nota publicada en "El Diario de Huesca", de fecha 30 de Agosto de 1898, que decía así:

"Estación telegráfica.
El ayuntamiento de la importante villa de Campo, ha solicitado de la Dirección general de Comunicaciones la instalación de una estación telegráfica, que ponga en relación con el resto de la Península a aquella localidad.
La instancia, remitida ya a la Superioridad, ha sido favorablemente informada por el Director del centro telegráfico de Zaragoza a que esta provincia pertenece, y no dudamos que el digno Director general del ramo, Sr. Barroso, accederá a la petición del municipio de Campo, dispuesto a contribuir a la instalación en la forma que la Dirección general tiene concordada".

Veinte años después, en Campo se contaba ya con una oficina de telégrafos, aunque todavía no estaba abierta al público. Este dato se mencionaba en la enumeración de los "Beneficios públicos obtenidos en el último cuatrimestre para el Distrito de Boltaña" , aparecida el 27 de Julio de 1918 en "El Diario de Huesca". La transcripción literal de dicha nota dice así: "Funcionamiento de la estación telegráfica de Campo, ya creada en Abril de 1916, que no se abría al público por carecer de personal técnico del Cuerpo de Telégrafos".
Y, creemos poder afirmar que, la primera persona responsable de esta estación telegráfica de Campo fue la joven Anita Company, según se deduce de la información facilitada por "El Diario de Huesca" del 4 de julio de 1919, donde se da cuenta de la toma de posesión de la plaza de Tamarite por dicha joven:

"Desde Tamarite. Toma de posesión: En el día de ayer se hizo cargo de la importante estación telegráfica de esta ciudad de Tamarite la ilustrada y bella señorita Anita Campany, que durante más de un año ha estado al frente de la estación telegráfica de la villa de Campo y que, durante ese espacio de tiempo, supo tan bien captarse las simpatías de aquellos montañeses en el cumplimiento de su deber, y que por lo tanto nota simpática no deja de ser para esta ciudad de Tamarite hoy la posesión de la encantadora señorita Anita Company, a la que deseamos sea bienvenida y que su estancia entre nosotros le sea todo lo mas grata posible".


Antonio Castel nos ha explicado que a principios del siglo XX la estación telegráfica de Campo estaba instalada en los bajos de casa Pujol, en la Plaza. La regentó el funcionario Sr. Manuel Bertolín, y luego fue la responsable del servicio la señora Elvira, cuyo apellido no conocemos.


Por cierto es curioso constatar que precisamente fue el Cuerpo de telégrafos uno de los organismos que primero ofrecieron la posibilidad de ejercer una actividad profesional a las mujeres españolas. El 20 de 11 de 1915 se publicó en el Diario de Huesca la siguiente nota:

"Las señoras e hijas de los funcionarios de telégrafos autorizados por la Dirección del ramo para la expedición de despachos en determinadas estaciones subalternas, están de enhorabuena, pues en los próximos presupuestos se les reconocerá el caracter de funcionarios públicos, y se las concederá retribución en vez del jornal que hoy disfrutan, aumentando su cuantía".

En el Censo Electoral de Campo del año 1930 se mencionaba como telegrafista a José Labateras Ferrer,de 38 años, que habitaba en la calle Nueva, nº 31, y a José María Porte Bertolín, de 27 años, domiciliado en la calle de la Iglesia, nº 19.Sabemos por otras fuentes que después de la Guerra la oficina de Telégrafos se instaló en el Ayuntamiento, donde vivía doña Ramona, la maestra. La sala en la que se ubicó daba a la calle y tenía una gran ventana. Los responsables del centro eran soldados de transmisiones, que debían tener bastante tiempo libre, porque enseñaron el código Morse a todos los niños del pueblo que vivían por allí cerca.
...-.


(Fuentes: Hemeroteca "Diario del Altoaragón", Antonio Castel, Ana Puertas. Foto: Samuel Morse, Wikipedia. Aparato telegrafía: José Pedro Gutiérrez)


miércoles, 22 de junio de 2011

Los árboles frutales





"Más valen frutos que flores, que los unos dan sabores y las otras no más que olores".
Hasta mitad del siglo XX en Campo, como en la mayoría de comunidades rurales de montaña, no se comía mucha fruta. El motivo principal de que así fuera, es que el consumo venía delimitado por la producción local y ésta era escasa. Además, y aunque parezca raro actualmente, la fruta no tenía muy buena "prensa" y más que cualidades se le atribuían problemas, por lo que se comía con prevención. Para comprender este prejuicio hay que tener presente que la mayoría de las veces, por diversas razones, la fruta no se comía suficientemente madura y esa era la verdadera causa de que hiciera daño.
Podemos remontarnos a los Fueros de Aragón para corroborar la escasa popularidad que gozaba la fruta en nuestros pueblos. En las Ordenaciones hechas por Pedro IV, "Sobre el regimiento y orden de todos los oficiales de su Casa y Corte" refiere, en la parte correspondiente al Maestre Racional: "De las frutas que se han de servir en nuestra mesa. Puesto que los médicos no aprueban mucho el comer de las frutas..."




Ya en el siglo XVIII, la Real Sociedad Económica Aragonesa mostró su interés en las ventajas que podía reportar la fruta. Y como si se quería fomentar su consumo había que disponer de más árboles, se pasó a estudiar su implantación y los cuidados requeridos. Una memoria de sus clases de Agricultura, de fecha 1 de junio de 1781, decía así:
"Se trató igualmente de arreglar por manera de artículos la instrucción necesaria para la propagación y cultivo de árboles, y resolvió la Clase que se ordene desde luego la de los Frutales" y, señala, que se van a ocupar de preparar un estudio sobre algunos de ellos. Así, el Sr. Director investigará sobre los Cerezos y los Guindos; el Sr. Hernandez se cuidará de los Almendros; el señor Amat de las Moreras y el Sr. Torres, de los Perales. De los Melocotoneros, el Sr. Varachán; de Olivos se encargaba el señor Peña y de las Higueras el secretario.

El 29 del mismo mes, una Resolución informaba de las diligencias llevadas a cabo hasta esa fecha y se proponían nuevos objetivos para mejorar el conocimiento de los árboles. Además de destacar el éxito conseguido con el cultivo de las patatas, pues se informa que habían nacido diez de las doce que la Comisión había hecho sembrar, se daba cuenta de las memorias presentadas sobre los frutales, señalando que:
"También se juzgó a propósito, describir en un artículo la inoculación o arte de injertar árboles, para que sirva de lección preliminar a las demás. Este trabajo lo confió la clase al cuidado del Sr. Torres, quien lo aceptó muy gustoso". Se propuso continuar con la investigación iniciada anteriormente y el Sr. Director se encargó de disertar sobre el Acerolero y los Nísperos; el Sr. Torres sobre el Granado; el Sr. Varanchán sobre el Cascabelero y el Ciruelo; el Sr. Florensa sobre los Nogales y el Sr. Díaz sobre el Avellano".




Pocos años más tarde, en 1793, Miguel Dámaso Generés, sacerdote aragonés, en sus "Reflexiones Políticas y Económicas: la población, agricultura, artes, fábricas y comercio del Reyno de Aragón" también se ocupaba del tema de los frutales y, entre otras cosas, decía:
"¿Por que en vez de dejar las márgenes de las viñas incultos y estériles y lo que es peor, dominadas de zarzas y espinos que no sirven de otra cosa que de punzar y romper el vestido de quien pasa, no se pueblan de almendros, higueras u otros árboles? ¿Por qué no se puede hacer lo mismo en los grandes llanos de tierra blanca echando plantíos a lo menos en las márgenes, especialmente frutales y moreras, para aumentar la preciosa cosecha de la seda?".




Madoz, en su famoso Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico (1845-1850), al informar sobre Campo explica que en nuestro pueblo "se cultivaban varias frutas, si bien se esmeran poco en el cuidado de los árboles, por el abandono con que se miran los excesos que contra ellos se cometen, arrancándolos o robando el fruto antes de sazonarse".




Y éste era el verdadero problema: que no se dejaba madurar la fruta en el árbol. Unas veces la culpa la tenía las tormentas con "piedra", otras los pájaros, que la devoraban en cuanto empezaba a sazonar y, las más de las veces, eran (éramos) los mismos vecinos los que no resistíamos la tentación de probar lo que no era nuestro. La verdad es que no eran tiempos en los que se pudiera dejar de lado algo comestible, y toda la gente del pueblo sabía muy bien cuáles eran las primeras figas en madurar y las más dulces; si era buen año para los presiegos; dónde estaban las mejores peretas, etc. Pero lo malo era, que todos estos conocimientos no se quedaban en una simple cuestión teórica y venían acompañados de la parte práctica, es decir, la correspondiente "degustación" de la fruta a pie de árbol... Y eso era lo que desesperaba a los propietarios, que constataban impotentes cómo les desaparecía la fruta y los anónimos visitantes pisaban y estropeaban sus huertos y sembrado. Por eso, para remediar todos esos inconvenientes, preferían llevarse la fruta a casa, aunque estuviera verde.
De todos modos, este problema no era exclusivo de Campo, sino que era y es muy general. Ya dice el refrán: "Fruta de huerta ajena, es sobre todas buena", así es que ¡la tentación es muy grande!

(2ª foto: huerto y árboles: Nuri Reyes. 5ª foto: El Turbón y árboles: Angel Huguet. Resto fotos: árboles de Campo y Fruta: M. J. Fuster)


domingo, 19 de junio de 2011

De Tortellá a Campo



Emigración del siglo XIX: buscando la madera de boj




Tortellá es un pueblo de la Garrotxa (Girona) con el que Campo comparte muchas cosas. La relación entre ambos lugares comenzó en el siglo XIX, cuando algunas familias de Tortellá decidieron instalarse en nuestro pueblo con el fin de trabajar el boj, madera con la que hacían diferentes utensilios domésticos, especialmente cucharas. El vínculo que se estableció entre personas y familias de los dos pueblos no quedó circunscrito a las relaciones de parentesco y cuestiones afectivas, sino que trascendió a las relaciones comerciales. Lástima que, a pesar de tantas cosas en común, nunca se ha materializado un contacto "institucional" entre entre las dos poblaciones, lo que sería muy enriquecedor para ámbas.

El Sr. Robert Bayer i Castanyer, en su libro titulado "Tortellá", editado por el Ayuntamiento de Tortellá en 1991, ofrece un documentado estudio sobre todos los aspectos de la fabricación de cucharas: recuerda a las personas que introdujeron dicha artesanía en su pueblo; la organización de los cuchareros gracias a diversos convenios y la producción y comercialización del producto; el nombre de los cuchareros que emigraron a otros lugares, etc.
Por otra parte, estudios de genealogía hechos por personas de Campo, así como los apellidos que todavía llevan algunas familias de nuestro pueblo, testimonian y nos ayudan a conocer la identidad de aquellos hombres y mujeres que vinieron a vivir entre nosotros, para poder trabajar en el oficio que conocían.En sucesivas entregas, ofreceremos más información sobre los cuchareros de Campo y las familias procedentes de Tortellá. Mientras tanto, se puede consultar en la web de Campo, "Los que vinieron".

(Fotografías: Iglesia de Tortellá y detalle de las farolas con cucharas. Arbol de los Blanch llegados a Campo, M. J. Fuster)

miércoles, 15 de junio de 2011

La verbena de San Juan






Diario de Huesca

Ecos provinciales: Campo, 29-6-1932



"Fue en extremo simpática, séame permitido el decir, de las que hacen época, así dice el vulgo y no dice mal. Unas lindísimas jóvenes de la localidad que sólo el mirarlas dan la sensación de un preciosos ramillete, olvidándose del precio de las subsistencias, en alegre bullicio propio de dicha noche y a las tres de la madrugada (no confunda el lector con el clásico vals del mismo título) se dirigieron a una de las estupendas fuentes que al limite del pueblo posee esta villa. Me informan fidedignamente que cuando estaban saboreando el exquisito chocolate con los correspondientes bizcochos, se improvisa la música y unos jóvenes que quieren homenajearles a tan precioso ramo de beldades que lo componían: Maruja Pallaruelo, Asunta Puertas, Aurelia Serena, Ascensión, Severina y Piedad Canales, Manuela Pons, Basilia Fuster, Petra Mur, Maruja Mur, Manuela Samblancat. ¡Ahí en estos hermosos parajes y a las tres de la madrugada! Añoramos la juventud y reverenciamos a la senectud con todos los respetos. Contando con el beneplácito de la redacción, quedáis complacidas verbenesas campenses, sin omitir el culto a Terpsicore que contiguo a la fuente rendísteis honor. Hasta otra y que el buen humor sea con vosotras. El corresponsal".



(Fuente: "Diario de Huesca", Hemeroteca "Diario del Altoaragón". Foto: Basilia Fuster (asistente a la fiesta), en 1934. M. J. Fuster).





domingo, 12 de junio de 2011

Campo y sus bienhechores





El artículo "Campo y sus bienhechores" apareció en "El Diario de Huesca" el 20 de agosto de 1929. Refiere el homenaje que se le ofreció al Gobernador de Huesca y a dos ingenieros de la Cooperativa de Electricidad. Lo que habían hecho, exactamente, para merecer la gratitud de Campo todavía no lo sabemos, pero esperamos informarnos sobre ello. De momento, la crónica de aquél día dice así:

"Fuimos el domingo a la villa de Campo y asistimos a los actos de una jornada muy simpática, llena de momentos agradables. La villa de Campo vive la paz y la alienta la prosperidad después de épocas de inquietudes que hoy son cordialidad y sosiego.
Había que celebrar tan faustos momentos y tan suspiradas dichas y de ninguna manera mejor que honrando a quienes Campo debe el ser realizados sus anhelos. En primer lugar al Excelentísimo señor gobernador civil don Fernando Rivas, que con su tacto, celo e interés llevó las cuestiones de Campo al resultado de mayor éxito para todos. Y después, para la Cooperativa de Electricidad, representada por los ingenieros don Federico Giménez del Yerro y don Manuel Lozaya. Campo se vistió con los mejor de sus galas y en el vecindario se reflejaba la alegría de las más señaladas dichas.
Fuimos a Campo en tres autos, el gobernador civil don Fernando Rivas y su simpático sobrino, alumno de Derecho, Manolo Rivas; el presidente de la Diputación don Manuel Banzo; alcalde don Vicente Campo; vicepresidente de la Diputación don Adolfo Mazas, secretario del Gobierno don Pablo de Castro, delegado gubernativo don Martín Vallés, el señor Obrador y los periodistas señores Lacasa, por "Tierra Aragonesa"; Aquilué, por "La Tierra" y nosotros, por "El Diario".
Unos momentos de descanso en Graus y al poco rato en Campo, con todo el vecindario en la carretera. Vivas muy efusivos al gobernador, volteo de campanas y alegres marchas por la Banda de Camporrells.
Función religiosa: Después de la misa conventual, se celebró la procesión del Santísimo, que fue presidida por las autoridades de Huesca y de Campo. El acto resultó muy solemne y fue presenciado por enorme gentío.
Descubrimiento de una lápida: En una plataforma tomaron asiento las autoridades y personalidades invitadas. Iba a rendirse por Campo el homenaje de profunda gratitud a sus bienhechores.
El secretario don Antonio Nogueras, leyó el acta del correspondiente acuerdo municipal y pronunció breves palabras de bien venida. El alcalde don José María Altemir, expresó el reconocimiento y la gratitud de la villa y procedió a descubrir la lápida en que se lee "Plaza de don Fernando Rivas". Gran ovación del público de la plaza y los balcones, en los que figuran muchas y muy lindas mujeres. La música interpreta la "Marcha Real".
El alcalde de Huesca, señor Campo, saluda a la villa en nombre de Huesca, expresando su cordial adhesión a tan justo homenaje. Lo felicitó y se congratuló se conserven las virtudes de la raza con el espirítu del reconocimiento. Elogió al señor Rivas y se asoció particularmente al regocijo de todos, deseando que el altar de la gratitud no se derroque nunca.
Don Manuel Banzo empezó diciendo que no era momento de discursos, sino la hora de las efusiones. Con el pueblo de Campo, generoso y hospitalario, dijo convive la provincia entera.
Cantó a la raza del Alto Aragón, que nunca ha manchado sus labios con la mentira. Declaró que era, el que se celebraba, acto de justicia del que el mejor adorno se cifraba en las mujeres que lo realzaban, representación gentil de la mujer española que repugna todo lo innoble".
Después del discurso del Sr. Banzo hubo otro de D. Federico Jimenez del Yerro que habló en nombre suyo y del Sr. Lozoya, ámbos ingenieros, para dar las gracias por haber sido nombrados hijos adoptivos de Campo. Finalmente, tomó la palabra el homenajeado Sr. Rivas que: "Agradece con frases de modestia cuantos honores se le dedican, a los que corresponde hipotecando su voluntad y pensamiento para cuantas causas sostenga Campo dentro de la justicia".
Y al finalizar su discurso con un viva a Campo y otro viva a España, recibió una gran ovación. Después tuvo lugar un banquete y para terminar hubo una visita a Seira y al Ventamillo. El Sr. Jiménez del Yerro invitó a todos a unos refrescos y ya se inició el camino de regreso, que, como dice el cronista, tuvo un sólo comentario:
"La nota de sinceridad y la grandeza de los actos de justo y legítimo homenaje que ayer dedicó la villa de Campo a sus bienhechores que le llevan paz y prosperidad".

(Fuente: "Diario de Huesca. Hemeroteca del Diario del Altoaragón". Fotos: Descubrimiento de la lápida conmemorativa, gentileza de Fernando Abad Maza. Fragmento portada de "El Diario de Huesca con las imágenes de D. Fernando Riva, Gobernador y Sr. Vicente Campo, alcalde Huesca, de fecha 10-8-1929, Hemeroteca "Diario del Altoaragón". Procesión por Campo, foto tomada antes de la Guerra Civil).

Más información en la web de Campo: artículo aparecido en La Vanguardia de Barcelona sobre este acto


miércoles, 8 de junio de 2011

Sucesos en Campo



un pueblo tranquilo... (casi siempre).





Algunas noticias aparecidas en la prensa informan sobre los problemas de seguridad que, esporádicamente, se vivían en nuestro pueblo. Transcribimos las que hacen referencia a un robo y un asesinato.

El Diario de Huesca, 22-11-1906

"Robo de una iglesia.- En el pueblo de Campo ha sido robada la Iglesia. Los ladrones se apoderaron de algunos objetos destinados al culto, sin que se hayan capturado. La benemérita sigue la pista de los bandoleros."


ABC, 17-2-1913

"Un hombre acuchillado.- Huesca, 16, 8 noche. Comunican del pueblo de Campo que, cuando se hallaba descansando en la cama el vecino Pascual Jeriz, entró alevosamente en la casa un compañero suyo de trabajo, Santiago Valle, natural de Leven, provincia de León, y le acribilló el cuerpo a cuchilladas.Realizado el crimen se dió a la fuga, pero fue detenido por la Guardia Civil".



(Hemerotecas de "Diario del Altoaragon" y "ABC". Foto gentileza de Hermanos López).



sábado, 4 de junio de 2011

El monte y la industria






El primer paso en el proceso de comercialización de la madera es la venta de los árboles en el monte. Posteriormente, la transacción comercial continúa tanto con la venta de la madera en rollo como con la transformación de los troncos en madera aserrada.
Se llama madera en rollo la madera sin transformar, tal y como se presenta apeado el árbol, con o sin corteza. En Aragón, antes de que se implantara el sistema métrico decimal, existía todo un sistema de medición con terminología propia, con el que se designaba cada tronco según lo que medía: al docén le correspondían 12 medias varas de largo y nueve dedos de diámetro, es decir, aproximadamente 4,80 m. de largo. El tronco del catorcén medía 14 varas de longitud y un diámetro de 10 a 13 dedos, unos 5,40 metros de longitud, etc. Otras denominaciones eran las entenas, trallos, etc.
Al iniciarse el siglo XX la madera en rollo que más se comercializó fueron los postes, que se destinaban a la instalación de las líneas telegráficas, telefónicas y de conducción eléctrica. Se empleaba para ello la madera de pino creosotado y castaño bravo.


La madera aserrada es la madera transformada ya en producto industrial. Las sierras para cortar madera presentan gran diversidad, básicamente podemos decir que pueden ser sierras de mano, como los simples serruchos, tronzadores, sierras de arco, de bastidor, motosierras actuales, etc. destinadas a trabajos de apeo, tronzado y encuadrado de los troncos, y se utilizan principalmente en el bosque y sierras mecánicas, susceptibles de diferentes divisiones y cuya función es aserrar los troncos, llevar a cabo trabajos específicos de carpintería, etc.
Las primeras sierras mecánicas que hemos encontrado mencionadas en documentos son las sierras de agua y se hace referencia a ellas principalmente en inventarios de molinos o en sus contratos de arrendamiento. Aunque no se ofrece ninguna descripción de sus características técnicas, al menos nos permiten comprender el ámbito en el que se produjo su implantación y su posterior evolución.
Madoz, en su "Diccionario Estadístico-Geográfico-Histórico" (1845-1850) menciona la existencia de la serrería de Campo, concretamente dice que hay "una sierra de agua para cortar madera", instalada al lado del molino. Gracias a la instancia firmada por Miguel Blanch Galindo, vecino de Campo, dirigida al Distrito Forestal de Huesca con fecha 25 de septiembre de 1935, conocemos también la existencia de una sierra en el Valle de Lierp, aunque no se menciona en el referido Diccionario. En dicha instancia, después de abordar otros asuntos, se dice:
"Al mismo tiempo, ruego a V. S. me autorice aserrar la expresada madera en una sierra que tiene instalado hace más de cien años el vecino del valle de Bardají Dionisio Campo, a orillas del río Rialvo. De no autorizar al recurrente lo solicitado se le irrogarían grandes perjuicios por no haber otra vía de saca que el mencionado camino, y en segunda, de no efectuar el aserrío en la expresada sierra, tendría que arrastrar la madera en bruto unos 8 quilómetros por ríos muy costosos para conducirla al taller más próximo".
En los pueblos de montaña, donde se contaba con materia prima abundante, eran normalmente los concejos o ayuntamientos los que se preocupaban de instalar una sierra para atender las necesidades locales o de todo el valle. Estas serrerías las daban en arriendo, habitualmete por uno o dos años y en el contrato se fijaba, entre otras cosas, el precio que el aserrador podía cobrar por su trabajo.
Las primeras máquinas de aserrar que hubo en Campo se compraron en Zaragoza, a la firma "La Industrial Mecánica" que pertenecía a Abrain Hermanos. Esta casa, fundada en 1922 empezó su andadura inspirándose en maquinaria extranjera y adaptándola a las necesidades particulares de cada zona- Para abaratar el precio de las maquinas de serrar, "La Industrial Mecánica" facilitaba los planos de las máquinas a los clientes, así ellos construían el esqueleto o armazón de las sierras en madera y la empresa les servía en metal sólo lo estrictamente necesario. La madera que se utilizaba para esas construcciones era siempre la carrasca, por ser la más dura.
Es interesante saber que en España existían unas disposiciones que impedían que se establecieran las serrerías cerca de los montes. El motivo de esta prohibición era reforzar la vigilancia de la madera que entraba en las serrerías, para aumentar el control sobre las talas. En el año 1939 encontramos el expediente de solicitud que José Canales Fillat hizo para poder instalar una serrería mecánica en Campo. Del informe suscrito por el ingeniero del Distrito Forestal encargado del caso, entresacamos las siguientes observaciones:"Que aunque el referido terreno se halla a menos distancia de 5 kilómetros del límite exterior de montes de utilidad pública, se encuentra a mayor de las masas arboladas de los referidos montes·".

"Que la vigilancia de las maderas que se elaboren en la serrería se puede ejercer fácilmente por haber un guardia forestal en Campo y los productos tener que pasar necesariamente por la carretera".
Y cuando finalmente las autoridades forestales expiden el permiso solicitado por José Canales Fillat, viene, entre otros, con el siguiente requisito:
"1º- No se podrá impedir la entrada e inspección en la referida fábrica al personal de la Guardia Civil y Guardia forestal y personal dependiente de este distrito forestal, aunque no lleve el mandamiento judicial correspondiente".
Mucha de la madera transformada en Campo abastecía los mercados de Barcelona y Zaragoza, y sólo una pequeña parte atendía la demanda local (carpinterías, construcción,etc.).

(Fuente: Fernando Fuster. Fotos pertenecientes a: M. J. Fuster, Eugenio Campo)
Para mayor información, puede consultarse "De oficio maderista" en la web de Campo


miércoles, 1 de junio de 2011

La Iglesia, el pueblo







y cosas para no olvidar








En Campo siempre ha estado muy arraigada la costumbre del rezo del Rosario de la Aurora. Se celebraba todos los domingos comprendidos desde el 12 de octubre hasta la Pascua de Resurección. Hombres y mujeres se reunían al alba y recorrían las calles del pueblo rezando y cantando unas coplillas. Las campanillas sonaban por las calles a las 4.30 de la mañana, para avisar a todos aquellos que quisieran ir a rezarlo que era la hora de levantarse. A las 5 de la mañana los cantores y cantoras empezaban el recorrido con las coplillas del día correspondiente, pues algunas festividades tenían las suyas propias. En el mes de abril del año 1931 se proclamó la II República en España, que se declaró aconfesional, por lo que decidió prohibir todas las manifestaciones religiosas públicas.
Resulta que en Campo se continuó celebrando el rosario, como si nada, pero ocurrió que, amparado por la nueva ley, un vecino del pueblo al que le molestaba que se le despertara con campanillas y canciones, cuando lo que él quería era dormir, presentó una denuncia ante la autoridad correspondiente para que se acabara con esos rezos. El Gobernador Civil, le dio la razón al vecino y prohibió que volviera a celebrarse el Rosario de la Aurora, costumbre que no volvió a restablecerse hasta el año mil novecientos treinta y nueve, terminada la guerra.
Si hasta aquí podría considerarse un asunto relativamente razonable, el final de esta historia no lo es, pues las autoridades no se limitaron a establecer la prohibición de celebrar el rosario, sino que encerraron en la cárcel de Huesca al párraco de Campo, D. José Español, por celebrar actos públicos religiosos. Hay que decir, en honor de nuestros paisanos, que todo el pueblo reaccionó unido y una comisión de hombres, entre los que se encontraban creyentes y no creyentes, marchó a la capital a defender a su párroco ante el Gobernador.


El Gobernador accedió a la petición popular y dio la libertad a D. José Español, que se reintegró rápidamente a su trabajo en Campo. Pero, cosas del destino, alcanzando la libertad encontró la muerte, porque poco después fue asesinado, concretamente en el año 1936, al estallar la Guerra Civil.





(Información: Antonio Castel Ballarín. Fotos: M. J.Fuster, Jose Murciano )